HAS
RECORRIDO UN LARGO CAMINO MUCHACHA….
Después
de recorrido un pedacito de ese largo camino, aquel que comenzamos
cuando dimos el primer paso hace 3.000.000 de años, sólo quiero
pedir disculpas, ya que la lista de nombres de diosas, dioses, y
mitos de la humanidad no está completa: “la vida es corta, y el
arte es largo”; pero esa muestra bien tiene valor para comprender
la versatilidad de la propia conducta humana y del hilo conductor que
la une, a lo largo de ese camino en el cual, además de aprender a
caminar de pié, aprendimos, o estámos aprendiendo el arte de vivir…
Como
cierre de esta sección transcribo unas notas de A. Thirleby, de “El
tantra del amor”: “Las ideas fundamentales del tantra pueden
encontrarse en una historia hindú inventada, que se ha transmitido
mediante los escritos tántricos. En esa historia se cuenta que:
…antes del universo, antes de todos los tiempos, sólo existía un
único punto de energía creadora. Esa fuerza era femenina, y de ella
salió el universo entero. La diosa del tiempo estaba en el centro
del universo que ella había creado. Su fuerza creadora se había
repuesto, decidió seguir creando, pues sólo en ello encontraba
placer. Así creó la tierra, el suelo firme y los mares, las plantas
y los animales. Dio su ser a todas las cosas y las ordenó en una
relación equilibrada, de suerte que se reprodujeran y propagaran.
Una
vez que hubo consumado la creación se alegró sobremanera, pero sus
energías no se habían agotado del todo.
Así
que se imaginó la forma femenina del hombre y la adoptó ella misma.
Y se llamó a sí misma KALI, y se dividió en dos, de donde surgió
MAHAKALA, la forma masculina. Y enseñó a Mahakala los goces
tántricos y la renovación de sus propias fuerzas creadoras.
Estas
dos divinidades del tantra juntas engendraron al primer hombre y le
transmitieron los rituales tántricos, para que pudieran participar
de la felicidad de la alegría perfecta y de ilimitado poder sobre el
universo”.
……
“El
Tao es el origen de todos los seres. Todo se muere, irremediablemente
si lo pierde, y vive si lo posee”.
“No
sé de quien es hijo, parece ser anterior al Ti (Dios)”.
“Antes
de que existiesen el Cielo y la Tierra existía él sólidamente en
los tiempos antiguos. Hace espíritus (da poder espirituales) a los
manes de los difuntos y al Ti (soberano)”.
“El
Tao nace del Uno, el Uno nace del Dos, del Dos nace el Tres, del Tres
nacen los diez mil seres. Los diez mil seres llevan en la espalda el
Yin (la oscuridad) y en brazos al Yang (la luz). Así, el vapor (la
materia) del vacío queda armonizada”. (c. 42) Lao-tse.
Según
la cosmología china primitiva, se basaban antes en los cinco
elementos Wuhsing: agua, fuego, vegetal, mineral, y tierra; según
sus proporciones en los cuerpos producían el equilibrio o
desequilibrio en cada ser en el mundo entero.
“Cada
pueblo de la antigüedad tiene sus mitos característicos,
íntimamente relacionados con su religión ancestral y con su alma
poética. Y así, existen una mitología china, y otra hindú, y otra
egipcia, y otra griega, y otra escandinava, y otra ibérica. Pero
existen y coexisten; porque es curioso observar cómo, a pesar de la
distantancia que en el tiempo y el espacio separa a los que llamamos
pueblos arcaicos, y de su diversidad en mitologías, al comparar
éstas se hallan las mismas ideas cosmogónicas, representadas por
divinidades análogas, así como idénticos conceptos teogónicos,
relativos al origen, carácter y función de los dioses; el Osiris
egipcio, el Júpiter griego, el Ormuz persa, el Brama hindú, el Odín
escandinavo, el Wotan teutónico, resumen un mismo concepto religioso
y filosófico; son una misma concepción…, tamizada por distintas
culturas, productos de distintos temperamentos. Y si la mitología
griega nos parece hoy la más completa, la más bella, la más
próxima a nuestro carácter, es porque fue la creación armoniosa de
una imaginación poética y plástica”. –Federico Carlos Sainz de
Robles-
Pasó
mucho tiempo desde esos 3.000.000 de años…, aprendimos, pero
también nos olvidamos, aprendimos a conectarnos entre nosotros, y
con nosotros mismos, aprendimos a comprender el medio en el que
vivimos, pero también nos olvidamos, nos olvidamos de lo esencial, y
le pusimos valores a muchas cosas que no deberían tenerlo… ¿quién
le da valor a un diamante en millones de dólares en un mundo cada
vez más sumergido en el hambre y la miseria?, es más, ¿quién
puede comprar con valores monetarios: la felicidad, un sueño
tranquilo, la verdadera amistad, el amor, la vida…?
Muchos
me responden que el dinero no es todo pero que calma los nervios y
ayuda un poco más a ser feliz; estoy seguro que es sólo porque
todavía no se pudieron conectar con su paz interior…
“El
hombre moderno no comprende hasta que punto de su “racionalismo”
(que destruyó su capacidad para responder a las ideas y símbolos
numéricos) le ha puesto a merced del “inframundo” psíquico. Se
ha liberado de la “superstición” ( o así lo cree), pero,
mientras tanto, perdió sus valores espirituales hasta un grado
positivamente peligroso. Se desintegró su tradición espiritual y
moral, y ahora está pagando el precio de esa rotura en
desorientación y disociación extendidas por todo el mundo.
Los
antropólogos han descripto muchas veces lo que ocurre a una sociedad
primitiva cuando los valores espirituales están expuestos al choque
de la civilización moderna. Su gente pierde el sentido de la vida,
su organización social se desintegra y la propia gente decae
moralmente. Nosotros estamos ahora en la misma situación. Pero nunca
comprendimos realmente lo que perdimos, porque, por desgracia,
nuestros dirigentes espirituales estaban más interesados en proteger
sus instituciones que en entender en misterio que presentan los
símbolos. En mi opinión, la fe no excluye el pensamiento ( que es
el arma más poderosa del hombre), pero, desgraciadamente, muchos
creyentes parecen temer tanto a la ciencia (y, de paso, a la
psicología) que miran con ojos ciegos las fuerzas psíquicas
lumínicas que por siempre dominan el destino del hombre. Hemos
desposeído a todas las cosas de su misterio y luminosidad; ya nada
es sagrado”. –Carl G. Jung-
El
hombre al alejarse de la naturaleza y la esencia de la misma, para
sumergirse en lo económico, que perdiendo poco a poco su conección
con lo cosmico y divino, provocando el olvido sobre los principios
esenciales de su propia existencia. Ninguna religión es mala
mientras contemple al hombre y su bienestar como maximos exponentes,
y mientras respete la libertad de todos; claro está que no debemos
olvidar que la esencia misma de ese hombre y de su predisposición
para el bien y el mal: su objetivo principal será la vida; su
destino final la muerte; su mecanismo de supervivencia, el
aprendizaje; su perpetuidad, el poder trasmitir conocimientos a las
generaciones futuras; su misión, prolongar la especie…
Desde que el hombre primitivo toma contacto con la
naturaleza advierte los cambios operados en ella por los ciclos
estacionales, la luna, el sol, los factores climáticos y el cosmos,
se genera toda una serie de hipótesis en las que advierte la
presencia de un ser superior encargado de operar todos esos cambios,
en un principio andrógeno (con ambos sexos) y luego femenino,
entrando en una etapa de adoración a las que hoy denominamos diosas
Madres, entre ellas Afrodita, éstas diosas tenían el poder oculto
del cambio y resurgimiento de la vida, no es por nada que la
denominación de vagina para los hindúes sea “yoni” que
traducido sería algo así como “cueva oscura y sagrada” y para
el pene “ligam”, algo así como “vara de luz”.
Estas diosas madres estuvieron presentes, según la
arqueología, desde 30.000 años a. C. a la actualidad, aunque con el
arribo del patriarcado, que llegaba de la mano del desarrollo de la
agricultura y la ganadería se fueron ocultando o tapando para pasar
a ser el hombre y los dioses masculinos los rectores de la humanidad.
El poder de la mujer fue desbaratado y reprimido, recién en el siglo
XX con la revolución sexual y la liberación de la mujer comienza un
nuevo desarrollo y revelación de las mismas, integrándolas
nuevamente a la vida social, familiar y sexual de la pareja.
Como es de advertir y dado el contacto y experiencia
que el hombre primitivo entabla con la naturaleza es importante
observar que la primavera adquiere un relevante papel, ya que con
ella llega el resurgir de toda esa vida que se renueva, fuente de
alimentos y energías que además de otorgarle salud y bienestar le
infiere fuerzas para reproducirse y procrear. Fue por ello que
durante siglos el festejo de la primavera estuvo dedicado a esas
diosas Madres. Conjuntamente con la adoración a la naturaleza se
entabla una relación con los alimentos que generan las fuerzas para
concebir y conjuntamente aumentan el apetito sexual, es muy probable
que esos descubrimientos se fueron haciendo de forma accidental o por
prueba de error, aunque no descarto que en su etapa más primitiva el
hombre haya tendido un mayor contacto con su microcosmo interior y
haya podido reconocer las sustancias incluidas en otros microcosmos,
con ello quiero decir que podía saber que es lo que le hacía bien y
que es lo que le hacía mal e incluso poder comprender cuales eran
las necesidades de su cuerpo y como podía adquirir lo que le hacía
falta. ¿Nunca sentiste la necesidad de comer algo sin saber el
porque?, bueno, esos son mensajes interiores de nuestro microcosmos,
(integrado por células y tejidos que forman algo así como un
sistema solar) aunque no hay que confundirlos con los deseos
generados por la ansiedad y los demandados por nuestra sociedad de
cultura consumista impuestos por los medios masivos de comunicación.
Con la incorporación del cristianismo
al Imperio romano se declara a Venus / Afrodita como enemiga número
uno del estado y se la destierra, declarándose también todo lo
relacionado con ella como maléfico, diabólico y altamente
peligroso, es de allí que surge para nuestra cultura occidental el
tabú de los afrodisíacos y la culpabilidad sentida por el sexo,
obligándonos a percibirlo como algo pecaminoso y alejado de Dios,
pero si fuese así Dios no habría dejado que el hombre poseyese el
sentido del placer, aunque también se nos ha enseñado que Dios nos
dio el bien y el mal para poder distinguirlos, pero si dentro del mal
encontramos la forma de reproducirnos como seres vivientes y aun
dentro de ello hallamos el placer, tan malo no ha de ser…
Para felicidad de muchos y para pesar de
otros en los inicios del siglo XX el hombre vuelve a tomar contacto
con la naturaleza de su cuerpo, comienza nuevamente a tomar baños de
sol, la mujer se libera del corset que aprisiona su cuerpo, se
produce toda una revolución industrial que le permite integrarse al
trabajo a la par del hombre y consecuentemente con ello el poder
ingresar a las fuentes de estudio que le estaban vedadas; ya para
mediados de siglo y como consecuencia de la revolución sexual es
otra vez participe de su libertad, aunque no todavía consiente y a
veces mal interpretada. La mujer toma conciencia y asume su
participación en la toma de decisiones en su vida sexual,
espiritual, laboral y de pareja, renace con ello los olvidados
afrodisíacos y hoy nos encontramos aquí queriendo entender de que
se trata todo esto que siempre tuvimos pero que permanecía dormido
dentro de nuestro subconsciente.
Habiendo
tomado contacto con la etimología de la palabra “Afrodita” y ya
sabiendo que hace referencia a lo femenino, al amor, la fecundidad,
la fertilidad y el principio femenino del cosmos veamos un poco que
ocurre en la mente del ser humano.
Ver más en:
Frutos
prohibidos y ofrendas de Venus
Cuaderno
de apuntes…