domingo, 30 de enero de 2011

Historia del Muesli



El muesli fue desarrollado en los primeros años del sigo XX por el médico suizo Dr. Maximilian Bircher-Benner, para ser consumido por los pacientes de su clínica. 
 
Bircher-Benner proclamaba la medicina natural y una dieta rica en frutos frescos y vegetales era una parte en el tratamiento. En realidad el termino “muesli” es un diminutivo del nombre “mues” (en suizo alemán) que describe una preparación semilíquida de fruta cruda o cocida, similar a una compota o puré de fruta.
Según se cuenta, el inquieto doctor Bircher-Benner se inspiró para preparar este plato en la dieta de un campesino suizo que conoció en sus caminatas por la montaña. A pesar de sus setenta años, este pastor nunca había necesitado un médico y seguía a su rebaño subiendo las pendientes sin ni siquiera agitarse. Ya en el refugio, el hombre le ofreció compartir su comida, una especie de papilla de trigo molido mezclado en leche endulzada con miel, cuya ingestión acompañaba mordisqueando una manzana. Al ser interrogado, el pastor explicó que era una receta inmemorial heredada de su padre, que comía a la mañana y a la noche.
Esa fue la guía del doctor Bircher-Benner para prepara el muesli, una mezcla de leche, harina de avena y bayas frescas (fresas, arándanos). Tras diferentes ensayos y experiencias, el doctor Bircher-Benner lo introdujo en los regimenes y rápidamente se convirtió en el plato diario en la clínica, adquiriendo tal celebridad que no tardó en propagarse al exterior. En su forma moderna, el muesli se hizo popular en los países occidentales hacia principio de los `60, como parte de la creciente tendencia hacia las dietas vegetarianas. 
 
La Historia de Max Bircher Benner
Max Otto Bircher- Benner (1867 – 1939) fue un pionero en nutrición natural, conocido en todo el mundo por su receta de granos enteros para el desayuno: el Bircher-Benner muesli. Como estudiante de la Escuela de Medicina de la Universidad de Zurich, Bircher-Benner fue inspirado por las posibilidades de la biología y la fisiología en lso tratamientos médicos, ideas que eran extrañas al pensamiento médico de esos tiempos. En 1897 fundó una clínica privada en Zurich, para pacientes que sufrían enfermedades digestivas. Allí recomendaba frutas y vegetales crudos, a los cuales llamaba “alimentos vivos”. Esto era totalmente opuesto a las creencias de la época, en que la carne era considerada la base de una buena nutrición.

La más importante innovación de Bircher-Benner en la ciencia de la nutrición fue la idea de que todos los seres vivos almacenan el poder energético de la luz del sol. Mientras otros median el valor de los alimentos a través del conteo de calorías, Bircher- Benner sostenía que el valor de los alimentos individuales dependía de cuanta energía solar había almacenada en ellos. Desde este punto de vista, las frutas y las verduras tenían un alto valor nutricional. También los alimentos crudos eran más valiosos que los cocidos, debido a que la energía solar era mejor conservada en los primeros. Los animales tomaban parte del poder del sol sólo indirectamente, a través de las plantas que comían, de esa manera, la carne era de menos valor que los vegetales.
Bircher-Benner también introdujo la noción de “salud aparente” en la cual una persona aparentemente sana acarrea el germen de una enfermedad futura. Mucha gente sufre de esa condición, la cual es provocada por una dieta insuficiente en vitaminas y minerales, y por un exceso de ácidos, proteínas, azúcar y sal, y por alimentos demasiado cocidos, horneados, conservados y refinados.
La influencia de Bircher-Benner sobre el movimiento reformista de temas de salud en Europa permaneció muchos años después de su muerte, y aún continúa.
El muesli (o Birchermüesli o Müesli) es un plato –generalmente para desayuno- basado en avena arrollada cruda y trozos de fruta. En su país de origen se lo consume como cena ligera. Hay muesli seco que consta de avena arrollada mezclada con frutas deshidratadas cortadas en pequeños trozos, nueces y semillas; y puede también incorporar copos de trigo y centeno, incluso se lo puede endulzar con miel, agregando especias y chocolate; estas mezclas se sirven con leche, yogur o jugos (zumos) de fruta y se le puede incorporar frutas frescas. El muesli fresco –original- es una mezcla preparada en el momento que incluye avena arrollada macerada en agua o jugos de frutas, con manzana ácida finamente picada, se le puede agregar frutas frescas picadas (banana, fresas –frutillas-, uvas, mango, kiwi, frambuesas, etc.), miel, jugo de limón, nueces picadas, semillas, especias, frutas secas queso cotage, yogurt, crema –nata-, leche condensada, pero no leche fresca ya que se coagularía con los ácidos de la manzana.


Beneficios del muesli:
  • Una dieta rica en frutas frescas y verduras reduce significativamente el riezgo de cáncer y otras enfermedades relacionadas con la edad.
  • Los alimentos derivados de avena, si bien no están permitidos para los celíacos, ayudan a disminuir la concentración de colesterol malo en sangre, disminuyendo el riesgo de arteriosclerosis.
  • Al contener avena entera y granos de trigo es rico en fibras (que facilitan la digestión lenta) y aporta oligoelementos esenciales.
  • Las nueces son ricas en omega3.
  • El agregado de leche (salvo intolerancia a la lactosa) es una fuente de calcio y proteínas (en todo caso se podría sustituir por leche de amaranto o quinua).
  • Sin el agregado de miel o azúcar ayuda al control de la diabetes.
Fuente: Revista Heladería y Panadería Latinoamericana – Año XXXIII- Nº 184-

martes, 25 de enero de 2011

CATA DE CAFÉ

Hace un tiempo di dos charlas conferencia sobre “La magia del café” en Buenos Aires Design y Shopping Solar de la Abadía.

Puedo rescatar de allí parte de lo hablado e ir a un punto interesante que es

CATA DE CAFÉ

Caliente como el infierno, dulce como el amor...
Como olvidarte en esta queja, cafetín de buenos aires, si sos lo único en la vida, que se pareció a mi vieja.

En tu mezcla milagrosa, de sabiondos y suicidas, yo aprendí filosofía, dados, timba, y la poesía cruel, de no pensar mas en mi.... 
 
Y sì, cuantos recuerdos albergan los cafecitos de Buenos Aires, o los distintos cafés del mundo. Hoy podemos ver al café ya desde otro ángulo, incluso se comienza a hablar de la cata del café. (ver nota)
Misteriosa Buenos Aires... Cuantos recuerdos nos traen un lugar, un especio compartido, una mesa de café...amigos que llegan, algunos que ya no están pero siguen allí, en el recuerdo... Ya Saint-Exupery decia en su libro: Le petite prince : Es muy triste olbidar a un amigo... Al recorrer Buenos Aires u otros países, sus cafés me llenan de saudades , de presencias con y sin presencia, de aromas que me arrastran en el tiempo del no tiempo... y en todo ello tiene mucho que ver el café.


Como catar el Café
Son muchos los factores que condicionan la elaboración de un buen café, pero es evidente que partiendo de una buena materia prima el café tostado y molido se tienen todas las de ganar. Y catar el café es sin duda la mejor forma de valorar su calidad.
Este artículo no pretende ser un manual de cata para el tostador, pero sí una eficaz guía para el profesional de la Hostelería, de la Alimentación o de todo aquel que tenga interés en degustar un buen café sin sobresaltos.
Tomar o comprar regularmente un buen café, o en todo caso el café que nos gusta y al que estamos habituados, no es una tarea fácil. La existencia de tantas variedades y calidades - y además cambiantes de cosecha a cosecha -, obligan siempre a una verificación previa si queremos corroborar la constancia de un patrón predeterminado.

La mejor manera de examinar las características de un café, es catarlo, es decir, probar su infusión. La cata evidencia un sin fin de características del café, imposibles de detectar analizando los granos de café, sean verdes o tostados.
La cata del café puede realizarse de varias maneras, pero en este artículo nos ceñiremos a comentar básicamente dos: a la brasileña, algo complicada, pero la mejor sin duda, y la del café expreso, interesante dada la masificación de este tipo de bebida en nuestro país. Antes de abordar el proceso de cata en sí, bueno será recordar unos conceptos básicos que nos servirán de gran ayuda.


Características a evaluar en un café
Un café es algo más que una bebida fuerte o floja, suave o amarga, adjetivos con los que salimos habitualmente del paso si se nos pide la opinión sobre un café. Cuando se tiene la curiosidad de examinar sus sutiles placeres gastronómicos y adentrarse en los variados matices y sensaciones que pueden desprenderse de una taza de café, surge un mundo complejo del que a menudo nos faltan palabras y adjetivos para describir sus cambiantes aromas, su amplia gama de sabores, su tacto, su untuosidad, su permanencia...



Para examinar un café existen cuatro ópticas principales:

1. Apreciaciones visuales
Los colores la característica más determinante. Puede ir desde un marrón claro hasta casi el negro, dependiendo de la caramelización los azúcares del café durante la operación del tostado. A más tostado, más oscuro. El color puede ser limpio, claro, luminoso, o por contra, mate o apagado.
Aspecto de la infusión. Se nos puede presentar nítida o turbia debido a partículas insolubles en suspensión. Puede ser densa o débil.
Cada variedad de café, en su grado adecuado de tostado, tiene unas características específicas de color o aspecto que no siempre son determinantes de su calidad, pero sí sirven para identificarla. Si coinciden con el patrón del café que deseamos, vamos por buen camino.



2. Características olfativas. Aromas
Con las fosas nasales captamos las emanaciones de la bebida, siendo el olor uno de los condicionantes del gusto. Una persona experta puede llegar a diferenciar hasta 4.000 olores distintos, facultad que se adquiere a través de una práctica inteligente, y que se reduce considerablemente en el caso de los fumadores o pasajera mente por causa de enfermedades gripales o similares.




Existen muchas clasificaciones de las características olfativas, pero si nos ceñimos al terreno del café, nos será muy útil la siguiente:

a) Las que constituyen su fragancia. Provienen principalmente de la variedad de la planta, de la tierra en que se ha criado, de su cultivo y de su beneficio. Las fragancias del café pueden ser florales, afrutadas, vegetales y herbáceas.

b) Las que dan origen al aroma. Nacen habitualmente durante el proceso del tostado del café, momento durante el cual el grano verde se transforma totalmente, apareciendo más de 700 componentes aromáticos distintos. Los aromas del café podemos clasificarlos en frutos secos, acaramelados, achocolatados, jara bes y cereales.

c) Compuestos derivados de la destilación. Son percibidos en el retrogusto, sensación que permanece en la boca después de probar la infusión, y los podemos clasificar en terpenos (trementina, achicoria, orégano...), especies (nuez moscada, pimienta...) y carbones (humo, brea, tabaco...).
Percibimos los aromas con grados distintos de intensidad y cada una de las características citadas anteriormente pueden ser captadas de forma fuerte o débil, intensa o evanescente, franca o alterada, neta o imprecisa...



3. Características gustativas. Sabores
El sabor es una sensación global, suma de cuatro factores básicos: dulce, salado, ácido y amargo. En mayor o menor medida, encontraremos estos cuatro factores en todos los cafés, y son producidos por los siguientes componentes:
" Dulce: Proteínas y Carbohidratos
" Salado: Potasio, Fósforo, Calcio
" Ácido: Clorogérico, Cítrico, Tartárico, Málico
" Amargo: Cafeína, Fenoles, Trigonelina

La lengua es el órgano sensor de los sabores. Percibimos los sabores dulces en la punta, los salados en los laterales anteriores, los ácidos en la parte Iateral y los amargos en la parte posterior. Si no hemos reparado nunca en ello, podemos hacer una fácil y rápida prueba con un poco de azúcar, limón, sal y bitter.

Los sabores no los percibimos inicialmente a la vez: los primeros en aparecer, de forma instantánea, son los dulces, les siguen los salados y ácidos, y a los 10 segundos llegan los componentes amargos.
Debemos llamar la atención sobre el hecho de que la acidez es una cualidad positiva en el café, es la expresión de su viveza. Sin ella un café aparece plano y con poca personalidad.

La sensación de sabor del café es una combinación de los factores citados, que los catadores profesionales han subdividido en seis sabores primarios: Acidoso (ej. Kenia AA, Colombias), Meloso (ej. Papua A, Hawai Kona), Vinoso (ej. Arábicas no lavados), Blando (ej. Centroamericanos lavados, de baja altitud), Mordaz (ej. Robustas), Agriados (ej. Brasil Minas).



4. Aspectos táctiles. Cuerpo
El cuerpo es un aspecto fundamental para valorar una taza de Café, que no debemos confundir con la sensación de fortaleza del gusto. El cuerpo es una sensación táctil causada por la densidad de la bebida y por los elementos en suspensión, esencialmente grasas y aceites. En función de su mayor o menor contenido de grasas en suspensión un café lo podemos calificar de grueso o mantecoso, liso, y delgado o acuoso. Tostado del Café
El tueste del café es una fase vital dentro de su cadena de elaboración. Hay quien sostiene, y no le falta razón, que un buen tueste influye más en la calidad de una taza de café, que la bondad de la mezcla escogida. El proceso de tostar los granos del café verde consiste en someterlos durante un tiempo limitado a una alta temperatura, intervalo durante el cual:
" pierde peso, alrededor del 15/20%, debido en gran parte a la evaporación de su humedad y en menor parte a la pirólisis de algunos componentes.
" el grano aumenta de volumen, entre un 30 y un 50% o más.
" el color amarillo verdoso se transforma en un marrón, más o menos oscuro en función del grado de tueste escogido.
" la composición química del grano sufre una importante transformación tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Azúcares, grasas, proteínas, substancias nitrogenadas no proteicas, ácidos... todo sufre una transformación debido a las altas temperaturas a que es sometido el grano.

Este último punto es el más interesante desde una óptica gastronómica pues es de ahí de donde surgen los aromas y sabores que han convertido al café en el rey de las infusiones. El papel principal en este proceso está a cargo de las transformaciones de los carbohidratos, las grasas y los ácidos. Una característica física importantísima, es la solubilidad del café tostado y molido, factor decisivo para proceder a su infusión.
Para obtener las máximas cualidades de cada tipo de café, el tueste debe ser específico para cada uno de ellos. Por ello en caso de mezclas, estas deben efectuarse después del tostado y no antes. El grado de tueste se adaptará también al tipo de utilización que se prevea; así un café expreso requiere un punto de tostado superior a un café doméstico filtrado. Si un café está tostado con poco calor y lentamente, nos dará un café con poco gusto. Por contra, un tostado excesivo y corto nos producirá un gusto amargo y ahumado. Molido del Café
El molido es también una operación clave dentro de la cadena de elaboración de un buen café, a la que se le da muy poca importancia. El grano molturado debe tener una granulometría perceptible al tacto y no llegar a tener una consistencia harinosa. Si está poco molturado, al realizar la infusión no se extraerán todos los sabores, y si lo está demasiado, se disolverán excesivamente los componentes menos aromáticos y más amargos, además de formarse una pasta que dificultará el proceso. Una consecuencia de un molido defectuoso con fresas desgastadas o excesivamente juntas o con exceso de revoluciones, es el requemado del café.
Para cada uso y para cada tipo de máquina, existe un grado adecuado de molturación del café. Hubo un tiempo en que estaba prohibido vender café molido envasado, para evitar picarescas no deseadas, pero hoy es normal la compra del café molido, con lo que el consumidor puede ahorrarse la delicada operación de moler el café en su grado justo. 

 
Tipos de Catas
A través de la Cata pretendemos encontrar y valorar todas las características que definen un café. Nos servirá para emitir un juicio de valor objetivo, para comparar varios cafés entre sí, o para contrastar si un café se ajusta a unas características predeterminadas, como es el caso del establecimiento de Hostelería que debe continuar dando el o los tipos de cafés a que su clientela está habituada.
Una buena cata debe ser subjetiva y mucho mejor si es ciega. En ella se confrontarán nuestras evaluaciones con las de otros catadores para intentar definir conjuntamente las características del o de los cafés analizados. Ayudará al éxito de la cata, el seguir un orden riguroso en las normas establecidas y disponer del instrumental adecuado, sin improvisaciones que desvirtúen el proceso.
Es importante trabajar en un lugar limpio, despejado, sin olores y sin ruidos que dificulten la concentración. Ni que decir tiene, el tabaco y los licores deben estar prohibidos.

En toda cata se evaluarán las siguientes características
Fragancia: A partir del grano tostado y molidoAroma: Oliendo la infusiónGusto: A través de probar la infusiónRetronasal: Es la estimulación a partir de los vapores producidos en la boca en el momento de sorberPostgusto: Después de escupir la porción sorbida e ingerida en una pequeña parteCuerpo: Valorado a través de la densidad y textura de la bebida
Os invitamos a continuar el viaje por el mundo de la cata del café hablando básicamente de dos sistemas, dos maneras de examinar las características de un café: la cata brasileña, algo compleja pero sin duda alguna la mejor, y la cata del café expreso.
Para empezar señalaremos la distinción entre cafés Arábicas y robustas. El grano Arábica es ovalado y alargado, con un surco estrecho y ondulado, mientras que el grano Robusta es redondeado y tiene el surco recto. La rajita cerrada en los Arábicas es una muestra de altura y calidad.
Una vez que el café está molido no queda otro remedio que valorar únicamente su aroma y el café que se elaborará a posteriori. Por eso se aconseja examinar antes de nada el café en grano. En primer lugar habrá que destacar que el café, verde o tostado, absorbe los olores circundantes y sobre todo los olores ambientales. El café puede captar el sudor de la mula que lo transportaba sin protección hace un tiempo o los olores de las sentinas de los barcos mal aireados. En algunos casos ésta característica del café puede ser incluso positiva. Los cafés monzónicos, por ejemplo, llegaban a Europa viajando desde la isla en las bodegas de los legendarios clipers impregnados de especias y secados en su singladura por las empopadas de los monzones.
Oler el café tostado, en grano, será por tanto el primer control a realizar, de modo que ante un olor desagradable o extraño no valdrá la pena continuar el examen.

Cata a la Brasileña
Mediante este sistema, lo que se saborea es una ligera infusión de una sola variedad de café que permita evaluar fácilmente las características de este producto.
Los granos a catar deben presentarse en todas sus formas, verdes y tostados. Éstos deben disponerse por separado en bandejitas, junto a la infusión. Hay que servir, al menos, dos tazas de cada variedad por persona.
La cata se inicia valorando la fragancia del café molido. Lo primero que se percibe es la frescura del café, ofreciendo indicios de lo que hallaremos después al analizar la infusión.
En una taza alta con tapa y transparente se preparará la infusión. Deben echarse 8 gramos de café tostado molido a los que se añadirán después 150 cc de agua a punto de hervir. El agua mineral es la más adecuada para esta prueba pues no debe aportar ningún gusto. Nunca se echará azúcar dado que no se trata de tomar café sino de realizar una cata.
Inicialmente el café flotará formando como una costra que se irá hundiendo progresivamente. A los tres minutos, se removerá con una cucharilla, se separará el poco café que aún flote y se iniciará la fase principal de la cata.
La cucharilla utilizada deberá ser grande, plateada, y de amplia y redonda cazoleta. Se llenará la cucharilla de líquido y se sorberá violentamente por medio de un pequeño orificio que se formará con los labios, de modo que el café se expandirá por la boca como si fuera un vaporizador. Bastarán unos pocos segundos para captar el detalle buscado. Se escupirá después el café sorbido y se enjuagará la boca con agua mineral. Seguidamente se repetirá el sorbo, concentrándose cada vez en una característica, siguiendo el orden de la Hoja de Control de la Cata.
La mejor manera de percibir el aroma de la infusión consistirá en mojar la cucharilla y colocarla horizontalmente sobre la taza, con la parte convexa hacia arriba. Captaremos intensamente los vapores de la infusión al acercar la nariz. La cata deberá limitarse a cuatro o cinco valoraciones, pues el café es muy persistente y si se prolongara demasiado la catas se llegaría a embotar el gusto o al menos a dificultar la objetividad de la prueba. 

 
Cata de Café Expreso
En este caso, se trata de valorar un café terminado, como el que normalmente se sirve al cliente en un bar o restaurante. La máquina o máquinas que ayudarán en el transcurso de la prueba deberán estar perfectamente reguladas: presión, temperatura, nivel de agua, limpieza... El molino deberá realizar un granulado óptimo y el agua deberá estar perfectamente descalcificada y depurada, sin olores que puedan desvirtuar la cata.
La calidad de un buen café expreso vendrá dada por el equilibrio que el tostador o el heladero quiera dar a su café. Es un equilibrio entre sabor, aroma, cuerpo y textura que difícilmente puede encontrarse en una sola variedad.
Para este tipo de cata sirven todos los conceptos generales comentados anteriormente al hablar de la Cata Brasileña. No obstante, varía el sistema pues deben valorarse nuevos parámetros. Es aún más importante, en este caso, enjuagarse la boca con agua entre sorbo y sorbo, dada la superior fortaleza del café a catar respecto a la infusión de estilo brasileño. Para conseguir probar el café con la temperatura adecuada la cata deberá realizarse con relativa rapidez. Puede empezar a sorberse con 60ºC. Sin embargo, cuando baja de los 40ºC desprende pocos aromas y debe abandonarse la prueba.
Se aconseja que las tazas en las que se realicen las pruebas sean de gres o porcelana.
En este tipo de cata puede resultar interesante que una de las dos tazas que habitualmente se prueban por cada variedad esté ligeramente azucarada, si es así como el catador toma habitualmente su café. En ese caso se deberá aplicar siempre la misma dosificación.

Un aspecto a tener en cuenta en el transcurso de la cata es la crema. Ésta se produce cuando el agua caliente (92ºC), a presión (9 atmósferas) arrastra en unos 25 segundos todas las partículas coloidales, grasas y aceites del café en una mezcla de aire y gases. En la taza, los gases desaparecen y queda la crema, mudo y bello testigo de la reciente operación.
Una crema espesa, uniforme, gruesa y de color avellana, con pequeñas motas oscuras, como una piel de tigre, es la prueba de un expreso elaborado de forma óptima. Debe ser consistente, de 2 a 3 mm de espesor y desvanecerse lentamente.
Una crema color marrón oscuro y blanca en el centro, es señal de que la temperatura y la presión eran superiores a lo normal. En ese caso el café resulta demasiado fuerte, astringente y amargo.
Una crema oscura puede ser señal de una importante presencia de torrefacto en el café.
Una crema con amplias burbujas que desaparecen rápidamente, denota que el café se ha molido poco, o la temperatura es demasiado alta, o la presión baja.

Un café sin crema, sólo con una pequeña corona junto a los bordes de la taza, indica que la extracción se ha hecho demasiado rápidamente, o la temperatura es demasiado alta, o que la dosis de café era reducida.
Cuando la crema no aparece hasta el final del llenado de la taza, indica que el café es viejo, lleva ya demasiado tiempo molido y empieza a ranciarse, de modo que el primer arrastre de los aceites exudados impide la formación de la crema.
Igual que en el caso de la Cata Brasileña, se procederá a rellenar una Hoja de Cata por cada tipo de taza probada, con el añadido de los apuntes sobre la crema (textura, color, persistencia...). 


 
Mezcla adecuada de cafés
Para elaborar un buen expreso es imprescindible mezclar distintos cafés hasta encontrar el tipo adecuado.
Los puristas defienden la tesis de que un buen café expreso debe componerse de un 40% de Arábicas lavados (de Centroamérica o Colombia) y de un 60% de Arábicas naturales. No obstante, otras mezclas de buenos Arábicas producen resultados altamente satisfactorios. Se puede incluir, por ejemplo, un pequeño porcentaje de Robusta para dar respuesta a ciertas exigencias de más cuerpo y gustos más amargos, aún a costa de menos aroma.

Mención a parte merece la extendida costumbre practicada en la Península de añadir torrefacto a la mezcla. El torrefacto posee hasta un 15% de azúcares caramelizados, lo que confiere al café un amargor característico que puede gustar, pero no debe confundirse con la fortaleza o amargor de algunos cafés naturales, pues el torrefacto esconde las cualidades aromáticas de un buen café, por lo que no hemos de esperar encontrar grandes calidades de café con este tipo de elaboración.
El café expreso puede aportar el mayor valor añadido a un establecimiento. Por tanto, el profesional de la heladería, consciente de ello, deberá ser extremadamente cuidadoso a la hora de elegir qué tipo de café desea ofrecer. Es imprescindible contar con el consejo de un buen tostador, y aún así, no ignorar los principios básicos que ayudan a definir y controlar profesionalmente el café que se sirve en un establecimiento.
Artículo gentileza del Forum Cultural del Café


Cafetin de Buenos Aires
De chiquilin, te miraba de afuera
como a esas cosas que nunca se fueron
la ñata contra el vidrio
en un azul de frío
que solo fue después viviendo
igual al mío.
como una escuela de todas las cosas
ya de muchacho me diste entre asombros
el cigarrillo
la fe en mis sueños
y una esperanza de amor.
Como olvidarte en esta queja
cafetín de buenos aires
si sos lo único en la vida
que se pareció a mi vieja.
en tu mezcla milagrosa
de sabihondos y suicidas
yo aprendí filosofía, dados, timba
y la poesía cruel
de no pensar mas en mi.
Me diste en oro un puñado de amigos
que son los mismos que alientan mis días
José el de quimera
Marciel, que aun cree y espera
y el flaco Abel -que se nos fue-
pero aun me guía.
sobre tus mesas que nunca preguntan
lloré una tarde el primer desengaño
nací a penas, bebí mis años
y me entregue sin luchar.

domingo, 23 de enero de 2011

Pan de leche (Argentina)

Mis preferidos de niño, junto con los “cañoncitos” de crema pastelera o dulce de leche, y los preferidos de muchos niños también. Algunos comienzan devorando la corona y otros la dejan para un final feliz. Sea como sea, esta receta de pan de leche es para ti...



Pan de leche para un Principito
Especiales para el desayuno o la merienda, esta receta de pan de leche es dedicada a todos los niños o a aquellos que alguna vez lo fueron como decía Antoine de Saint-Exupery (Le Petit Prince), mientras nos metemos en la cocina busquemos dentro de la caja de los recuerdos para rescatar a María Helena Walsh:
Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marchó.
Nadie supo bien por qué
a París ella se fue
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.
Manuelita, Manuelita,
Manuelita dónde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz.”...
-M. H. Walsh-

Receta del pan de leche
Ingredientes
Masa madre 
- 50 g de levadura de cerveza (fresca) o 25 de la seca
      - ¼ de taza de leche tibia
      - 1 cucharadita de miel de abejas
      - 1 cucharada de harina

Resto de la masa
- ¾ taza de azúcar
- La ralladura de la cáscara de un limón
- Unas gotas de agua de azahar
- 3 huevos
- 70g de manteca (mantequilla) blanda
- ¼ taza de leche tibia
- harina ½ kg o cantidad necesaria (puede ser más o menos)
Otros:
- 1 taza de crema pastelera espesa
- 100g de azúcar partida
Procedimiento
“…Tantos años tardó en cruzar el mar, que allí se volvió a arrugar...”, pero no nos arruguemos nosotros, aunque llevemos algunas arruguitas en la cara u otras en el alma, mostremos el brillo de nuestros ojos que nunca dejan de ser los mismos de antes y pongamos manos a la obra:
Primero disolveremos la levadura en la leche tibia, a donde habremos disuelto la cucharadita de miel (esta es un azúcar invertida y nos dará una miga más húmeda, y mayor duración de nuestros panes), luego metemos la harina y batimos hasta formar una especie de engrudo.
Lo dejamos en un lugar tibio, pero no muy cerca del calor fuerte, mientras seguimos cantando con M. H. Walsh: “…
y por eso regresó, vieja como se marchó, a buscar a su tortugo, que la espera en Pehuajó.”, y ya cuando se convirtió en una esponja que duplicó el tamaño lo mezclamos con la taza de azúcar, los huevos batidos, la manteca blandita, y el resto de la leche.

Unimos todo muy bien y continuamos agregando, de a poco, la harina que nos vaya pidiendo hasta unir todo en un bollo, allí nos acordaremos de algo que no nos guste y nos desquitaremos con él castigándolo fuerte sobre la mesada de la cocina hasta volverlo elástico, suave y dúctil.

Lo meteremos dentro de un bols y tapándolo flojamente con un lienzo o repasador lo dejaremos descansar de nuestra paliza hasta que veamos que duplicó su tamaño.


Lo aplastamos de nuevo y comenzamos a hacer bollitos de unos 5 cm de diámetro (puede hacerlos más grandes o más pequeños, pero recuerde que todos deben ser más o menos iguales para que la cocción dentro del horno sea pareja).

Los distribuiremos en placas enmantecadas (dejando suficiente espacio entre uno y otro) y dejaremos que se vuelvan a inflar (leudar), recién allí los pintaremos con huevo batido, dejando que se seque (orear), luego haremos a cada uno una coronita con crema pastelera espesa y los salpicaremos con azúcar partida. 

Los meteremos en un horno bien caliente y cocinaremos hasta que estén bien doraditos. Sacamos y dejamos enfriar antes de servir.
Otra opción para una fiesta de cumpleaños es a algunos ponerles coronita como lo indica esta receta, a otros solo pintarlos con huevo batido y cocinarlos, una vez cocidos y fríos, hacerles un corte transversal en la pancita de arriba y con ayuda de una manga de pasteleros los rellenamos con:
Dulce de leche pastelero (el durito), crema pastelera, crema pastelera al chocolate, dulce de leche mezclado con crema pastelera, crema chantilly, crema chantilly al chocolate, crema chantilly con trocitos de durazno o frutillas –fresas-, crema de manteca, crema pastelera mezclada con crema chantilly y praliné de almendras molidas, o el relleno que se te ocurra. 

Los espolvoreamos con azúcar impalpable (flor – glacé ) y listo para disfrutar el chocolate o el té.
Estamos invitados a tomar el té.
La tetera es de porcelana
pero no se ve,
yo no sé por qué…”

Crema pastelera:
- 500ml de leche
- 6 yemas
- 2 cucharada de harina o maicena (fécula de maíz)
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
procedimiento
Llevar a punto de ebullición la leche, disolver el azúcar en ella, incorporar la fécula o harina y revolver, cuando espese retirar del fuego y agregar uno a uno las yemas batiendo muy bien, dejar enfriar un poco, agregar la esencia de vainilla y utilizar.
Norberto E. Petryk, chef asesor en gastronomía
norbertopetryk@gmail.com 

"...Porque la vida es poca la muerte mucha
Porque no hay guerra pero sigue la lucha
Siempre nos separaron los que dominan
Pero sabemos que hoy eso se termina."

viernes, 21 de enero de 2011

Cocina de Venezuela

La cocina típica y regional venezolana tiene variaciones como en todas las cocinas típicas y regionales del mundo, cada zona geográfica, cada casa, cada persona tiene una forma distinta de hacerla o interpretarla, pero como pasa con todas las comidas en ello va el sabor de la tierra, la infancia y el amor de una madre... recuerdos imborrables que la distinguen de cualquier otra. 
 
A parte de que me interesa investigar las cocinas y culturas del mundo, entre ellas las latinas, en el momento que he publicado por primera vez esta nota me ha tocado trabajar como chef en “El rincón de la abuela”, que tiene platos de la cocina venezolana: arepas, tequeños, cachapas, asado negro y el “pabellón criollo” : arroz blanco, que simboliza a la raza europea, caraotas (frijoles, porotos negros) que simbolizan a la raza africana, plátano frito que simbolizan a la raza aborigen y carne mechada o desmechada que simboliza el mestizaje. el restaurante estaba ubicado en avenida Corrientes 799, esquina Esmeralda de Capital Federal (Argentina)
Para entender y apreciar la comida de un país no hay nada como vivir en él o comprender su idiosincrasia y el sentido de su pueblo, si estamos lejos nada mejor que tomarse un tiempito para leer: “El pan nuestro de cada día” de Rafael Cartay, de allí los siguientes datos:

“El alma nacional es algo indefinible e irremplazable. Es como un laberinto infinito, compuesto de criptas oblongas, redondas, de pasadizos que marchan en líneas curvas y rectas, y que terminan en nuevos pasadizos, tan interminables como aquéllos. El alma nacional es una síntesis de todo lo que te rodea y respira, y que te ata a un lugar sin desesperarte. Y te deja libre sin robarte la esperanza. Allí están muchas cosas: los afectos, las voces de la infancia, el calor de unos brazos, la tierra que cubre algunos huesos, los sueños que aún deben cumplirse, y también unos olores y unos sabores que te persiguen sin darte tregua. Y es también la suma de ti mismo y de tus afanes. Cuando caes por tierra, su solo recuerdo te levanta y te da un aire de invencible.
Ella te nutre mientras se nutre de ti.”

...Yo he recorrido centenares de kilómetros en procura de un cierto olor, distintos al de una cierta mujer, por el cual uno recorrerá miles en las condiciones más incómodas y riesgosas. Y después de haberlos recorrido y satisfecho mis requerimientos, supe que ningún otro olor, salvo el de la mujer, claro está, pudo haberme movido con tanta urgencia. En Ciudad de México, en Turrialba, en París, en Madrid, en Austria, en Quebec, en todas las ciudades extranjeras donde he vivido, he andado detectivescamente tras los ingredientes de una arepa, para muchos “tan insípida y poco atractiva la pobre”, o de una hallaca, cuyo multisápido contenido tal vez justifica cualquier viaje. Pero en esos casos, el olor estaba enredado en un cierto concepto de patria. Baudelaire dijo en alguna parte que la patria es la infancia. Yo digo que la patria son los brazos de la madre, las solicitudes del padre, las calles y los árboles de nuestros primeros descubrimientos, los primeros juegos y los primeros amores, la tierra donde yacen nuestros muertos, y los lugares donde conocimos la amistad y los sueños. Y, especialmente, la tierra y los lugares y los campos donde obtuvimos y saboreamos el pan nuestro de cada día. Por eso cuando me paseo por París, o Buenos Aires, o incluso por Bogotá, tan cerca de mí, yo sé, con absoluta certitud, que estoy en otra parte, García Márquez refirió una vez que le hacía falta el olor de la guayaba madura” lo que me hace pensar que existe un sabor “venezolano”, un gusto nacional. Y no es puramente el afecto, pues yo he estado entre el calor de otra gente, a quien mucho quiero, y el olor que digo no aparece por ninguna parte.
Ben Ami Fihman dijo en 1988, con mucha justeza, que “El nacionalismo culinario...se manifiesta más que en el origen de los ingredientes, en su interpretación”.




El plátano, nacido en la región indomalaya y que pasó luego al Africa y de allí a América, desde 1516, se ha venido convirtiendo poco a poco en un plato venezolano, en forma de tostones, de tajadas, sancochado, horneado con queso o incorporado a la torta bejarana. Según él, la cocina venezolana existe, pero ha carecido de una teoría, de una tradición orgánica, de una realidad jerarquizada, y yo diría, de una historia. Este problema de su falta de presencia lo conocen muy bien todos los que la han transitado, algunos tan brillantemente, en la práctica como Armando Scannone, o en la teoría, como José Rafael Lovera. El mal de nuestra cocina es que se ha desarrollado en el ámbito doméstico, en un medio casero, gracias a las manos extraordinarias de modestas mujeres del pueblo. Hemos carecido, pues, de grandes maestros y de grandes recetarios. Y la humilde cocina venezolana aún no ha podido, a pesar de sus muchos méritos, traspasar el umbral del los grandes restaurantes ni concitado la atención de los grandes cocineros. Con nuestros productos más usuales, carnes, legumbres, tubérculos y frutas, se han experimentado poco para darle mayor variedad a nuestro repertorio, al mismo tiempo que muchas de las preparaciones muy estimadas en el pasado (carne frita, olleja, ropa vieja, chungue, sopa de piña, pan de horno, torta bejarana, delicadas, chichas, caratos, panes, dulces de hicacos, huevos chimbos, dulce de cabello de ángel, buñuelos, bienmesabe, etc.) son desconocidos de las nuevas generaciones y están desapareciendo con rapidez.”


AREPAS
Casi todos los viajeros extranjeros que vinieron a Venezuela durante el siglo XIX son unánimes en señalar los escasos atractivos de la arepa, demasiado insípida para su gusto, pero ninguno ha sido tan lapidario en sus juicios como Pablo Morillo , el jefe realista que llegó a Venezuela a combatir por la causa española cuando la independencia estaba casi decidida. Morillo confesó, según Churrión, a sus dos amigos José Domingo, el Duarte y el Díaz, al regresar a Caracas tras su campaña a los llanos, que: “Todo lo puedo pasar en esta tierra, menos esas perrísimas tortas de maíz que llaman arepas, que sólo se han hecho para estómagos de negros y de avestruces”. En eso, y en la guerra, le ganaba Bolívar, que amaba las arepas. Appun, otro viajero, decía, hacia 1850, que los venezolanos criollos, e incluso hasta los más ricos, comían de ese pan por “patriotismo”. Al parecer, los venezolanos somos desde hace mucho tiempo unos insignes “comedores de arepas”, como nos llamara el Tirano Aguirre, y lo recordara Uslar Pietri en su Camino del Dorado. Y es que esa “criatura fea” que viene a ser la arepa, tiene, según Ramón David León, “un alma generosa y un corazón lleno de bondad útil”: insípida pero democrática, “rural en cuerpo y alma” y ahora civilizada por las bondades de la harina precocida, que nos la pone a nuestra disposición en un abrir y cerrar de ojos.
Lo que los extranjeros ignoraban y aún ignoran, es que esa insipidez que ante sus ojos es defecto, es precisamente la gran virtud de la arepa, y la que le confiere la categoría universal de pan de una pueblo. La arepa, y el cazabe, y por extensión la tortilla latinoamericana, por ser tan anónima en sabor puede acompañar a cualquier alimento sin perturbarlo, y más bien facilitando su ingestión, y hasta realzándolo. Así, la arepa se ajusta a las comidas como simple acompañante o como receptáculo, continente, vehículo del sabor, admitiendo un “pasajero” como llaman al relleno los andinos, y que puede ser desde un trozo de queso amarillo o blanco, hasta una porción de jugoso perico o de carne guisada.
Arepa de maíz refinada precocida
A una taza de harina se le agrega ½ cucharadita de sal. Se le añade lentamente 1 ½ taza de agua tibia y se mezcla. La masa se deja reposar durante 5 minutos, y luego se hacen las arepas de la manera acostumbrada.





PABELLÓN CRIOLLO
Hasta fines del siglo XIX Venezuela era un país desarticulado física, política y económicamente. Físicamente, porque la falta de caminos no permitían enlazar la geografía del país. La primera carretera que unificó el centro con el occidente del país fue la trasandina, inaugurada en 1925, y la que lo enlazó con el sur del país fue abierta en 1935. Políticamente, porque el país estaba dividido en facciones y caudillos regionales, mientras el poder central no lograba imponerse. Económicamente, porque no existía un mercado nacional, una unidad económica nacional, sino mercados locales, y a lo sumo regionales.
El país existía, era verdad, pero era más que todo una ficción. Entonces, éramos más orientales o centrales o llaneros o corianos o zulianos o andinos, que venezolanos. Cabrera Sifontes dijo una vez que, a principio del siglo XX, muchos bolivarenses se conmovían más oyendo la Marsellesa que el Himno Nacional de Venezuela. Estábamos allí, éramos venezolanos desde 1776-77, unidos por todos los atributos de nación y luego por la gesta gloriosa de unos libertadores, pero algo no encajaba aún para convertirnos en la verdadera Venezuela, la de todos los días, la que nos toca lo más profundo del corazón. Y de la Venezuela personal teníamos que pasar, creativamente, a la Venezuela colectiva, el país de todos y al servicio de todos, ese país que aún estamos creando, con tantas vacilaciones. Y en esa tarea destacó Guzmán Blanco, ese ilustre y vanidoso amoroso de París y que muchas veces depredó la Hacienda Pública venezolana como si fuera de su absoluta pertenencia ( lo mismo hacían los demás caudillos, incluyendo a los más extraordinarios, como Páez ), pero ese caudillo mayor tuvo una gran virtud, entre sus otras virtudes, y fue la de comenzar a desarrollar un proyecto de modernización, que nos ayudó mucho en nuestra consolidación como país. Y entre las muchas cosas que hizo, sobre todo en su primera gestión presidencial, la del septenato, figura la creación de un espíritu nacional, compartido por todos los venezolanos.

Durante su gobierno se estableció el bolívar como la unidad monetaria nacional (antes circulaban las monedas extranjeras, salvo el breve episodio del venezolano y los tempranos intentos de los patriotas por crear un signo monetario nacional), se instituyó el Gloria al Bavo Pueblo como himno nacional, así como el Escudo, se le rindió culto a los héroes de la Patria, y se estableció el Pabellón Nacional y las primeras plazas públicas con la denominación de Bolívar, se repatriaron sus restos y se celebró con pompa el primer centenario de su nacimiento. Se le dio presencia jurídica al venezolano en el exterior. Poco a poco, pues las naciones se crean lentamente, los venezolanos comenzamos a sentirnos más venezolanos. A veces, perdemos el rumbo y nos desesperamos, pensamos, como sucede en las épocas de crisis, que el país está perdido y que los esfuerzos por seguir construyéndolo son inútiles, baldíos, pero no, la noción de Patria sigue intacta y se recupera cuando uno se toca el corazón como un ave fénix que llevamos adherida a la piel y que nunca desfallece en su sueño vital. Así le pasó al pabellón criollo, que es un canto a la gloria del mestizaje culinario de ingredientes de tierras ajenas y propia y el más excelso reconocimiento a la armonía de los sabores y de los nutrientes. ¿Cuándo se creó?. Nadie lo sabe con certeza. Lovera señaló que su fórmula data probablemente del siglo XVIII, mostrando que en las “Ordenanzas” del Hospital San Lázaro de Caracas, dictadas en 1760, se prescribía para el almuerzo “un principio de carne frita con plátanos maduros”, que podría considerarse como el primer registro escrito del pabellón. Otra publicación, sin el rigor investigativo del Lovera, dice que el pabellón desciende de un plato español del siglo XVI, hecho con costado de vaca, y de nombre parecido. Aquí, sin embargo, no se trata sólo de nombre, sino de algo más profundo, como son los hábitos de alimentación nacional resumidos en un plato.
Por mi parte, creo que el “pabellón criollo” fue haciéndose de la misma manera como se fue construyendo el concepto de patria. Y no es una cuestión de retórica.


....Después de mucho buscar, no he podido encontrar ninguna referencia escrita sobre la existencia del pabellón como un plato integrado antes de comienzos del siglo XX. Después, las referencias se hacen frecuentes. En ese período, entre finales del XIX e inicios del XX, nació el pabellón criollo como un plato característico de nuestra gastronomía nacional, como el resultado de una larga historia de amor, incompleta y tardía, se le agregaron las ruedas o tajadas de plátano frito, y más tarde, con la “modernidad”, lonjas de aguacate, queso frito o un huevo frito, para darle aún más corporeidad como alimento sustancioso e integral.



Cachapas de budare
Ingredientes para 8 o 10 cachapas:
4 tazas de granos de maíz tierno, unos 6 a 8 jojotos (choclos) grandes, unas 3 tazas ya molidos; 3 cucharaditas de sal; ¾ de taza de azúcar; ¾ a 1 taza de agua, dependiendo de que el maíz esté más o menos tierno.
Preparación:
Se cortan con un cuchillo los granos de los jojotos, sin llegar muy profundamente para evitar cortar la tusa.
Se muelen los granos por un molino de moler maíz no muy apretado. La masa debe quedar un poco gruesa y ordinaria.
En un envase grande se mezcla esa masa con la sal y el azúcar y el agua. La mezcla debe tener consistencia espesa.
Se pone a calentar un budare o una sartén sobre el hornillo y una vez caliente se pone a fuego mediano.
Se engrasa el budare con un papel absorbente con aceite cada vez que se va a hacer una cachapa y con un cucharón pequeño se vierte en el budare alrededor de ½ taza de la mezcla, extendiéndola un poco con el cucharón hasta formar una tortica de unos 10 centímetros de diámetro y ½ centimetro de espesor. Al formarse burbujitas en toda la superficie, se voltean con una espátula para cocinarlas por el otro lado hasta dorar. Aproximadamente 1 minuto por cada lado. Se sirven calientes. Pueden guardarse después de enfriar en la nevera por días. En este caso se pueden calentar al vapor o freirlas 1 a 2 minutos por lado en poca mantequilla mezclada con igual cantidad de aceite.
del libro “Mi cocina” de Armando Scannone: 
 

BUÑUELOS
se comen tradicionalmente en Semana Santa, pero yo los como todo el año, porque los adoro:

Ingredientes:
.Yuca (tapioca) se consigue yuca en Bs As??? yo no vi
.Queso blanco duro (es un queso fresco, pero es de consistencia dura y un poco salado, habrá algo parecido alla?)
. Melado de papelón ( lo haces derritiendo al fuego el bloque de papelón con un poco de agua y especias, pueden ser canela, clavitos dulces, pimienta de jamaica)
. Harina
. Aceite para freir
Preparación:
1. Retirar la cáscara de la yuca y llevar a hervir en abundante agua hasta que se ablande completamente. (yo tengo un truco para lograr que la yuca mas dura se ablande... Siempre que compro yuca, las pelo y las meto en el congelador, asi los cristales del agua congelada rompen las fibras de la yuca y cuando las hiervo me quedan irremediablemente blandas)
2. Retirar las venas (las veras en el centro de la yuca, son duras)
3. Hacer un puré con la yuca, agregar el queso rallado, mezclar bien, si la mezcla esta pegajosa, agregar un poquito de harina.
4. Formar bolitas del tamaño de una albóndiga, enharinarlas ligeramente
5. Freirlas en abundante aceite
6. servirlas de inmediato bañadas por el melado de papelón. 

Karina Pugh Briceño, chef y profesora de cocina en Caracas, Venezuela
 

Torta de plátano Venezuela
4 Plátanos maduros, muy maduros tajados y fritos
6 Huevos
4 Cucharadas de Harina leudante
Una pizca de sal
Queso Blanco Rallado al gusto
Canela en polvo al gusto
Papelón rallado al gusto
Aceite
Fría los plátanos tajados y déjelos enfriar. Bata las claras de los huevos hasta punto de nieve, agregue las amarillas y bata vigorosamente, luego agregue la harina, el azúcar, canela y sal, y siga batiendo hasta obtener una consistencia cremosa.
Caliente en un sartén pesado (preferiblemente ya curado) un poquito de aceite, apenas el necesario para engrasar la superficie, agregue alternativamente la mezcla, tajadas, queso y papelón rallado, hasta llegar a el borde del sartén, culminando con la mezcla (es necesario bajar la llama de cocción cuando el sartén este bien caliente), tape y cocine a fuego muy bajo para que no se queme. Voltee la torta con ayuda de la tapa y deje terminar de cocinar tapado.
Sirva en un plato hermoso y espolvoréela de azúcar pulverizada y canela, pero muy ligeramente.
Esta torta también se puede hacer en un molde engrasado, utilizando el mismo proceso para armarla, y llevándola al horno a unos 350º hasta que esté dorada. Luego endulce el paladar de sus comensales, sirviendo esta maravillosa y sencilla torta como acompañante.


Caspiroleta Venezuela
¼ kg de azúcar
1 biscochuelo de 6 huevos
5 claras de huevo
5 yemas
1 ½ taza de vino dulce
400 grs de azúcar pulverizada
200 grs de almendras tostadas
Con el ¼ de kg de azúcar se hace un almíbar grueso, se vierte sobre las yemas bien batidas y se lleva al fuego en baño de María, revolviendo constantemente hasta que espese. Se retira del fuego y en una dulcera se colocan tajadas de bizcochuelo y capas de mezcla, así hasta llenar la dulcera. Se baten las claras a punto de nieve y se les añade el azúcar pulverizada, el jugo de limón y las almendras tostadas y molidas, se coloca sobre el dulce y se espolvorea con un poco de almendras fileteadas y tostadas.
María Eugenia (Jordana)
www.venezuelatuya.com/cocina 

 
Torta de zanahoria
1 kg de zanahorias peladas y sancochadas
3 tazas de azúcar
2 cdas de mantequilla derretida
2 tazas de harina
12 cdas de leche
1 taza de pasas
Primero licue las zanahorias con la leche, cuando este bien licuado, agregue el azúcar, la mantequilla y la harina, mezcle muy bien y finalmente añada las pasas. Vierta esta mezcla en un molde engrasado y enharinado y lleve al horno por 30 minutos aproximadamente a 350º. Retire del horno y desmolde cuando esté casi fría.
Esta torta puede hacerse integral, sustituyendo la azúcar por miel de panela, la harina por harina integral y agregando solo 2 cucharadas de leche.
de Eva Venezuela 
 
Torta burrera Venezuela
1/2 panela de papelón blanco
125 gr. de mantequilla
125 gr. de manteca hidrogenada
6 huevos grandes
4 tazas de harina
1 cda de polvo de hornear
1 cda de bicarbonato
pasas al gusto
1 taza de vino moscatel o vino dulce
una pizca de canela
anís en polvo y
clavitos de olor
Primero elabore un melado espesito con la panela y un poco de agua, cuando esté listo agregue la harina poco a poco, el polvo de hornear y el bicarbonato. Mezcle muy bien y agregue los huevos uno a uno, luego añada la manteca y mantequilla previamente suavizadas, cuando tenga una mezcla suave y sin grumos añada las especies, el vino y las pasas. Unte un molde con mantequilla y enharínelo, coloque la mezcla y lleve al horno a 350º por unos 30 minutos o hasta que al insertar un palillo en la torta este salga limpio.
Corte en cuadros.


Conservas de coco Venezuela
1 papelón
1 taza de puré de apio
5 cocos
Se rallan los cocos y se une con el papelón partido en trocitos. Se lleva al fuego sin agua y se mueve constantemente para que nos e pegue. Los apios se cocinan y se hace un puré, cuando ya va a tener punto la conserva se añade el apio y se sigue moviendo hasta que se vea el fondo de la olla al pasar la paleta. Se retira del fuego, se deja enfriar y se sirve en hojas de naranjo.


Torta de queso Venezuela
½ Kg. de Queso blanco rallado y muy fresco
½ Kg. de azúcar
1 taza de leche
6 huevos
1 cda de maicena
1 cdta de vainilla
Levantar las claras a punto de nieve, aparte batir muy bien las amarillas, y agregar a las claras, diluya la maicena en la leche y agregue junto con el queso y azúcar, por último agregue la vainilla. Vierta la mezcla en un molde engrasado y enharinado y lleve al horno a 350 º por espacio de 30 minutos. 


 
TORTA MELOSA Venezuela
1 Taza de pan rallado
1 taza de queso blanco rallado
2 tazas de azúcar
2 cdas de mantequilla derretida
1 litro de leche
5 huevos
1 cdta de vainilla
1 golpe de ron (opcional)
En un bol vierta la leche y agregue el pan, el queso, el azúcar y la mantequilla, bata bien y agregue las claras de huevo a punto de nieve y las amarillas muy bien batidas, por último agregue la vainilla y el toque de licor. Vierta la mezcla en un molde engrasado y enharinado y lleve al horno a 350º por 30 minutos, luego apáguelo y deje la torta enfriar dentro con la puerta del horno abierta.


Torta de pan sin leche Venezuela
4 tazas de pan viejo rallado
2 tazas de Queso Blanco rallado
2 Tazas de Azúcar
Mantequilla para el molde
Mezcle en un bol el pan, el queso rallado y la azúcar, uniendo muy bien todos los ingredientes. Engrase el molde y agregue la mezcla. Lleve al horno a unos 365º C, hasta que se vuelva un bizcocho doradito por encima, retire del horno desmolde y deje enfriar.
Corte y sírvalo como merienda, acompañando un café aromatizado, o un chocolate caliente, o con leche para los niños y deje que la magia corra por su paladar.



Torta negra Venezuela
Almendras
Ciruelas Pasas
Pasitas Negras
Pasitas Sultanas
Frutas Confitadas
Guindas
Nueces
Licor de Naranja o Cereza
Brandy o ron
Puede agregar otras frutas secas, o dátiles de su gusto, pero con las frutas anteriores es suficiente.
La cantidad depende de lo que usted desee macerar, estas frutas pueden permanecer por largo tiempo en el licor, y mientras más tiempo pasen allí, más absorberán el sabor del licor. Así que puede macerar más cantidad de la que vaya a utilizar y guardar el resto sin temor.
Primero corte las frutas pequeñitas, pele las almendras y tritúrelas, igual las nueces. En un frasco grande de vidrio coloque todas las frutas, agregue ron ó brandy y licor de cereza o licor de naranja a partes iguales hasta cubrirlas, tape bien y coloque en un sitio oscuro.
Receta para la torta
200 gr. de mantequilla
2 tazas de azúcar morena
2 1/2 tazas harina
1 cdta de vainilla
6 huevos
6 pastillas de chocolate negro
1 pizca de sal
2 cucharaditas de polvo de hornear
1/2 taza de leche
1 pizca de canela
Frutas maceradas
Bata la mantequilla con el azúcar hasta que este cremosa, agregue la vainilla y la canela, agregue las amarillas de los huevos y reserve las claras, agregue la harina alternando con la leche. Derrita el chocolate con un poquito de mantequilla y agregue a la mezcla. Aparte escurra 500 gr. de frutas maceradas y mézclelas con un poco de harina para que no se vayan al fondo de la torta al hornear. Agréguelas a la mezcla. Levante las claras a punto de nieve y mezcle todo en forma envolvente. Vierta la mezcla en un molde engrasado y enharinado y hornee a 350º hasta que al introducir un palillo este salga limpio, desmolde y deje enfriar en una rejilla, puede espolvorearla con azúcar glas y se verá preciosa, coloque en una lata colorida o envuelva en papel celofán, ate con una cinta de raso gruesa y tendrá un regalo espléndido para sus seres queridos.



Bienmesabe Venezuela
1 bizcochuelo de 7 huevos
Crema
3 Cocos grandes
3 tazas de agua caliente
18 yemas de huevo
Un puntito de sal
3 ½ Tazas de azúcar
½ vaso de jerez dulce
Merengue
3 claras de huevo
½ taza de azúcar
Canela al gusto
Parta los cocos y sáqueles la pulpa. Póngala en una licuadora y añada 2 tazas de agua caliente, triture bien y exprima la mezcla a través de un paño no muy tupido para extraer la leche del coco, cuele, añada las yemas de huevo, sal y reserve. Aparte ponga en una olla el azúcar con una taza de agua y cocine a fuego fuerte sin revolver, formando un almíbar a punto de hilo. Apague el fuego y añada la mezcla de leche de coco y huevos, bata enérgicamente hasta formar la crema, coloque en el fuego nuevamente, lentamente, revolviendo hasta que rompa el hervor. Retire y deje enfriar un poco. Corte el biscochuelo en rebanadas finas y dispóngalos en una dulcera, rocíe con el vino dulce, coloque una capa de crema, luego otra de biscochuelo y vino, así hasta terminar con una capa de crema, prepare el merengue, batiendo las claras a punto de nieve, y agregándole el azúcar, colóquelo sobre la crema haciendo ligeros picos, esparza canela al gusto y sirva bien frío.



Alfajores Venezuela
1 taza de nevazúcar (azúcar glass)
2 ½ tazas de maicena
1 ½ taza de harina de trigo
3 cdtas de polvo de hornear
1 taza de manteca vegetal
3 yemas de huevo
2 cdas de vainilla, brandy o ron
1 cdta de cáscara de limón rallada
Para rellenar, arequipe o mermelada al gusto
Cierna la harina, la maicena y el polvo de hornear y reserve, en un recipiente aparte mezcle la manteca con la nevazúcar y las yemas de huevo, una a una, mezcle continuamente y finalmente añada los aromatizantes, luego incorpore poco a poco la harina y la ralladura de limón, forme una masa y lleve a una mesa de trabajo, espolvoree con harina y estire hasta que tenga ½ cm de espesor, corte medallones que tengan 4 cms de diámetro, coloque en una bandeja previamente engrasada y hornee por unos 15 minutos a temperatura moderada, al estar listos déjelos enfriar y úntelos con la delicia escogida, péguelos y maquíllelos espolvoreándoles nevazúcar o pasándole los bordes untados por coco rallado.



Cachapas venezolanas
Poner en una licuadora maíz crudo para hacer una pasta con un poco de manteca, debiendo quedar espeso.
En una plancha o sartén de teflón poner un poco de la pasta que se cueza de ambos lados, agregando manteca cada vez.
Para comer servir queso blanco rebanado, jamón, manteca.
v Poner choclo en grano escurrido, procesar con 1 cdta de maicena, poner la pasta en sartén enmantecada y una vez dorada darla vuelta. Rellenar a gusto.





 
Carne mechada (Venezuela)
1 kilo de pulpa negra o de falda, 3 cdas de aceite, 1 lata de puré de tomates, sal de ajo, 1 cebolla grande picadita, 1 cdta de comino, sal al gusto.
En dos litros de agua se pone la carne a ablandar con hierbas de olor. Al estar blanda, se separa en mechas. En un caldero se pone el aceite y cuando esté caliente se agrega la cebolla, el comino y la sal de ajos. Después se agrega la carne para que dore un poco, luego se añade el puré de tomates y la sal al gusto, se tapa para que quede jugosa.



Golfeados (Venezuela)
1 kilo de harina, 1 cdta de agua de azahar, 4 yemas, 1 cdta de sal, 1 de taza de queso blanco rallado, 1 de taza de papelón raspado, 1 taza de melao de papelón claro, 100 grs. de mantequilla, 1 sobrecito de levadura, 1 taza de leche, 4 cdtas de azúcar, 1 cda de anís, 100 grs. de harina, 1 cda de miel de abejas.
La víspera, se toma la levadura y se disuelve bien en la leche tibia y se le agregan los 100 grs. de harina para formar una pasta suave y se deja leudar a temperatura ambiente.
Al día siguiente, se le añaden los ingredientes húmedos: las yemas, la mantequilla cremada, el agua de azahares, el azúcar y la sal y se mezclan bien. Luego agregarle el medio kilo de harina
( si le hace falta, se le puede agregar un poquito de agua o vino dulce ), se amasan bien por un rato largo hasta que la pasta quede suave.
Se estira con un rodillo, dándole un grosor de medio cm.
Luego se espolvorea la pasta con el queso rallado, el papelón raspado y el anís y se enrolla. Luego cortarlos y colocarlos en latones para horno. Una vez así, se colocan en un lugar caliente por dos horas y se hornean a 375º.
Aparte; se hace un melao de papelón claro y cuando les falte poco tiempo para estar horneados por completo, se bañan con este melao y se vuelven a llevar al horno por un ratico más. Se retiran del horno y se sacan inmediatamente del latón y se pintan con un poquito de miel de abejas.



Dulce de lechoza o papaya (Venezuela)
Su dulce, elaborado con la fruta verde, "jamás ha faltado en nuestra mesa navideña, hermanado con el dulce de cabello de ángel, el manjar blanco o majarete y la infaltable hallaca".
Para hacer un buen dulce de lechoza:
Escoja bien la fruta, ya que si está muy joven no tendrá mucho sabor y si está muy vieja se deshidrata.
Haga el dulce sin agregarle agua. La lechoza al cocerse suelta su propio líquido. El tiempo que tarde el dulce en hacerse depende de la cantidad del líquido que la lechoza contenga.
Por cada libra de lechoza debe usarse una libra de azúcar (460 gramos).
El dulce no necesita sabores artificiales, pero si se desea, se le puede agregar una rama de canela o una cucharadita de vainilla.
Cocine el dulce todo el tiempo a fuego lento.
Durante los primeros 30 minutos tape la olla para permitir a la lechoza rendir el líquido debido.
Continúe después cocinando con la olla destapada hasta que la lechoza dore bien y el almíbar espese a su gusto particular.
Mientras se cuece el dulce, de vez en cuando, cambie la posición de los trozos de lechoza.
950 grs. ó 1 kilo de lechoza, 2 lt de agua, 4 cdas de polvo de hornear, 950 gr de azúcar, 2 astillas de canela o 1 cdta de vainilla.
Corte la lechoza a lo largo en tajadas que no pasen de los 5 centímetros de grueso. Combine el agua con el polvo de hornear y mezcle. Agregue los pedazos de lechoza y deje remojar durante la noche. Al día siguiente se sacan, se escurren y se lavan en agua fresca. Después que estén bien escurridos, se colocan en una olla grande y se riegan por encima con el azúcar o papelón. Se tapa la olla y se pone a fuego lento durante 30 minutos. Seguidamente se destapa la olla. Si se va a agregar algún condimento, canela o vainilla, se aprovecha este momento. Continúe haciendo el dulce a fuego lento y destapado hasta que la lechoza dore un poco y espese, más o menos 1 1/2 a 2 horas más. De vez en cuando cambie la posición de la fruta.


Terrine de Queso de Cabra y Brócoli (venezuela)
Para 4 personas: 200 grs. de queso de cabra, 1 cda. de ajo finamente picado, 2 cdas. de tomillo fresco muy finamente picado, 2 Cdas. de sal (no necesariamente se usará toda), La parte superior de un brócoli pequeño, cortada en trozos pequeños,
2 papas grandes, 4 cdas. de aceite de oliva, 1 cdta. de pimienta blanca.
El queso de cabra debe ser tipo cremoso al estilo de la ricotta italiana. Colocar el queso en un recipiente, agregar el ajo y el tomillo (agregar sal sólo si el queso fuese simple) y mantenerlo a temperatura ambiente para que no endurezca. Aparte, lleve dos litros de agua a un hervor, agregue una cucharada de sal y hierva el brócoli durante dos minutos (esto se llama blanquear), inmediatamente cuele y coloque el brócoli en un recipiente con agua y mucho hielo, de esta manera el vegetal conservará un intenso color verde. Guarde en la nevera.
Pele las papas y córtelas en lajas finas (unas 12 lonjas en total), para ello es ideal poseer en la cocina un aparato conocido como mandolina o en su defecto una rebanadora de carne y usar papas grandes que sean mas bien largas que redondas. Embadurnar profusamente una bandeja llana con aceite de oliva y colocar las lonjas de papa separadas unas de otras. Con una brocha "pintar" las papas con aceite de oliva y espolvorearlas con sal y pimienta blanca, hornear la bandeja a fuego medio (300 °F) hasta que estén blandas como para poder doblarlas sin que se quiebren, pero no tan cocidas como para que se deshagan. Evidentemente este término de cocción es subjetivo, ya que dependerá de la calidad de la papa escogida así como del grosor con que se hallan cortado. Una vez cocidas las lonjas, retirarlas de la bandeja y colocarlas sobre papel secante para eliminar el exceso de grasa.
Finalmente, extienda una lámina de papel plástico para envolver (EnvOPlast) de unos 25 cm. por lado, lo que es mas fácil si se humedece algo la superficie de trabajo. Cubrir totalmente el film plástico con las lonjas de papa (todas colocadas en la misma dirección) y a su vez extender la mezcla de queso y tomillo, de manera uniforme sobre las papas. "Espolvorear" la superficie de queso con el brócoli y entonces hacer un rollo con el conjunto. El proceso es algo tedioso ya que hay que tomar el lado del plástico perpendicular a la dirección de las papas y comenzar a enrollar a modo de brazo gitano (espiral) pero cuidando que el plástico no quede por dentro de la terrine. Una vez logrado el cilindro, enfriar hasta que endurezca y cortar en ruedas iguales a servir sobre galletas crujientes de canapé.





Casabe
El casabe es un producto absolutamente campesino y artesano. La receta que damos a continuacion es una version resumida del proceso que para su elaboracion se sigue:
yuca.
Se pela la yuca. Se lava. Se ralla. Se deja escurrir en un colador. Se prensa muy fuertemente para sacarle todo el jugo. Para prensarla puede utilizarse un sebucan (utensilio indigena para este fin hecho de fibras de cana), una prensa, un cincho o simplemente un pano que con la yuca rallada en su interior se tuerce fuertemente hasta sacarle todo el jugo o "yare", que es venenoso y del cual se obtiene el almidon de yuca.
Sobre un budare caliente se vierte la cantidad de vuca necesaria para cubrirlo. Se extiende esta con una espatula de madera para formar una capa de unos 3 milimetros de espesor, rellenandola don de sea necesario, y se cocina hasta que la harina se aglutine o endurezca, doblando y apretando el borde con una espatula (alrededor de I centimetro) para hacerlo mas fuerte y manejable. Se cocina hasta que comience a dorar y se pueda voltear y este completamente dura y manejable. En el sistema de elaboracion popular del cazabe, estas "tortas" se ponen luego junto al fuego o budare, apoyadas entre palos para que se acaben de secar.
Finalmente se ponen las tortas al sol para que se sequen bien y no corran peligro de enmohecerse. 


 
Tequeños Venezuela
1 kg de harina todo uso (NO leudante)
4 yemas de huevo
2 panelas de mantequilla a temperatura ambiente ( esas barritas delgadas, mas o menos 250 gramos entre las dos)
1 taza de agua con azúcar y sal ( como 1/2 cucharadita de sal y 1 cucharada de azucar)
1 kilo de queso blanco semi duro (palmizulia o paisa)
Se amasan todos los ingredientes. Mientras la masa reposa, se corta el queso palitos de 4x1x1 centimetro (aproximadamente, pero hay gente que le gustan gordos y grandes, así que esta medida la doy sólo como referencia)
Se estira la masa con un rodillo, lo más delgada posible. Se corta en tiras de 2 a 3 cm de ancho y como 15 de largo. Con estas tiras se envuelven los tequeños, haciendo un espiral a lo largo de la barrita de queso. Se aprietan bien las puntas para que no se salga el queso y luego se pasan por harina (para que no se peguen) . Para terminar, se fríen en aceite muuuuy caliente, para que no se les salga el queso.


Tequeños
• 1/2 kilo de queso blanco, semiblando, con poca sal y poca agua, para el relleno
• 3 tazas de harina
• 2 cucharaditas de sal
• 2 huevos
• 2 cucharadas de aceite
• 1/3 de taza de agua, aproximadamente, a la temperatura ambiente
• aceite para freír.
Se corta el queso en trocitos de 1x1x5 centímetros, y se pone aparte.
Sobre una mesa o superficie lisa se pone la harina cernida con la sal. Se le hace un hueco en el centro y allí se ponen los huevos y el aceite. Se une con los dedos y se va incorporando el agua y harina si es necesario, amasando hasta que despegue de la mesa y de las manos. La cantidad de agua depende del tamaño de los huevos.
Con una máquina para amasar o con las manos y con un rodillo la pasta se amasa y se estira hasta tener una tela fina, pero no demasiado.
La tela se extiende sobre la mesa y con una ruedita para cortar pasta se va cortando en cintas de 2 centímetros de ancho.
Con esas cintas se va envolviendo cada trocito de queso comenzando por un extremo y terminando en el otro, cuidando que quede completamente cubierto y cerrado en los extremos. También puede hacerse envolviendo cada trocito de queso en un pedazo de masa de unos 7x7 centímetros poniendo el queso diagonalmente y enrollando y cerrando los extremos. Se ponen los tequeños aparte.
En un caldero se pone el aceite a calentar y sin estar demasiado caliente, se van friendo los tequeños, pocos a la vez, hasta dorar, unos 2 minutos. Se sacan del aceite con una espumadera o cuchara perforada y se ponen sobre papel absorbente para eliminarles el exceso de grasa.



TEQUEÑOS
Su nombre proviene de Los Teques, donde se supone que fue creado en las primeras décadas del siglo XX; ahora los "tequeños" son el pasapalo por excelencia.
La calidad de los tequeños recae casi exclusivamente en la correcta selección del queso; blanco, no muy salado y que derrita fácilmente sin llegar a quedar completamente líquido. En barlovento, en lugar de masa, se cubre el queso con una larga tajada. También se conoce una versión rápida en la que se prescinde de la elaboración de la masa.
INGREDIENTES (para 30 tequeños)
Harina de trigo 2 tazas, Manteca 5 cdas, Huevo 1, Sal 1/2 cdta, Azúcar 2 cdas, Agua fría 2 cdas, Queso blanco semiduro 1/2 kilo, Aceite de maíz en abundancia
Disponer la harina en forma de corona sobre una tabla, mesa o base limpia y seca. Colocar en el centro la mantequilla y el huevo.
Mezclar la sal, el azúcar con el agua. Amasar con las manos agregando el agua progresivamente, hasta tener una mezcla suave y uniforme, que no se pegue en la mesa ni en las manos. Unir toda la masa en una bola.
Aplanar la masa con un rodillo, hasta que quede una tela de 1/2 cm de espesor.
Cortar la masa en tiras de 1 centímetro de ancho por 15 de largo.
Cortar el queso en tiras de 1 X 1 X 5 centímetros.
Enrollar los trocitos de queso en las cintas de la masa, de extremo a extremo, asegurándose de cubrir bien el queso.
En un caldero con abundante aceite, freír los tequeños, a fuego lento, hasta que doren. 

 
Tequeños
• 1/2 kilo de queso blanco, semiblando, con poca sal y poca agua, para el relleno
• 3 tazas de harina
• 2 cucharaditas de sal
• 2 huevos
• 2 cucharadas de aceite
• 1/3 de taza de agua, aproximadamente, a la temperatura ambiente
• aceite para freír
Se corta el queso en trocitos de 1x1x5 centímetros, y se pone aparte.
Sobre una mesa o superficie lisa se pone la harina cernida con la sal. Se le hace un hueco en el centro y allí se ponen los huevos y el aceite. Se une con los dedos y se va incorporando el agua y harina si es necesario, amasando hasta que despegue de la mesa y de las manos. La cantidad de agua depende del tamaño de los huevos.
Con una máquina para amasar o con las manos y con un rodillo la pasta se amasa y se estira hasta tener una tela fina, pero no demasiado.
La tela se extiende sobre la mesa y con una ruedita para cortar pasta se va cortando en cintas de 2 centímetros de ancho.
Con esas cintas se va envolviendo cada trocito de queso comenzando por un extremo y terminando en el otro, cuidando que quede completamente cubierto y cerrado en los extremos. También puede hacerse envolviendo cada trocito de queso en un pedazo de masa de unos 7x7 centímetros poniendo el queso diagonalmente y enrollando y cerrando los extremos. Se ponen los tequeños aparte.
En un caldero se pone el aceite a calentar y sin estar demasiado caliente, se van friendo los tequeños, pocos a la vez, hasta dorar, unos 2 minutos. Se sacan del aceite con una espumadera o cuchara perforada y se ponen sobre papel absorbente para eliminarles el exceso de grasa.

Arepitas fritas con chicharrón
Para 8 arepitas: ¼ kg de masa de maíz con sal, 1 taza apretada, 40 gramos, 3 a 4 cucharadas, de chicharrón molido fino, que se ha escogido con muy poca grasa
• Aceite para freír, suficiente para que las arepitas queden sumergidas al cocinarlas.
Se amasa bien la masa con el chicharrón molido. Humedeciéndose las manos, se forman arepitas de unos 5 centímetros de diámetro y 1 1/2 centímetro de espesor. Se ponen en una bandeja.
En un caldero pequeño se pone el aceite a calentar y se agregan las arepitas por partes, de modo que todas queden sumergidas. Se fríen hasta dorar, unos 2 a 3 minutos. Con una cuchara preparada se sacan las arepitas y se les elimina el exceso de grasa con papel absorbente.



Sandwiches Calas
Para 20 sandwiches: 20 rebanadas, muy delgadas, de pan de sándwich, Manteca, 1/2 taza de salsa mayonesa, 20 espárragos de lata.
Se elimina la corteza del pan. Se corta en rebanadas delgadas.
Si las rebanadas de pan son un poco gruesas, como las que se utilizan comúnmente para hacer sandwiches, se extiende un paño bastante húmedo sobre una superficie plana, se pone encima una capa de rebanadas de pan, se cubre el pan con otro paño bastante húmedo y así se continúan las capas hasta que se desee. Se les pone encima una tabla que las cubra y encima un peso. Esto se hace con el objeto de disminuir el grueso del pan y de que esté suave para poder doblarlo.
Sobre una tabla se pone cada rebanada. Se unta ligeramente por una cara, primero con mantequilla y luego con mayonesa y se le pone encima y diagonalmente un espárrago, incluida la punta que al final quedará visible.
Se doblan diagonalmente hacia adentro, sobre el espárrago, los dos cuartos inferiores de la rebanada de pan, de manera que uno cubra parcialmente al otro y se sostienen en esa posición clavándoles un palillo. Quedan con la forma de las flores llamadas calas.
Se ponen en una bandeja, quitándoles el palillo y se cubren con un paño húmedo hasta el momento de servirlos.



Bolitas de carne
Para 6 a 8 porciones: 1/4 de kilo de carne magra de cochino, 300 gramos de carne de res, 1 cda de aceite, 1 cda de manteca, 1 taza de cebolla picadita, 6 ajo machacados, 1/3 de taza de tomate rallado, 1/2 pimentón rojo rallado, 2y 1/4 cdtas de sal, 1 cdta de pimienta negra, recién molida, 1 cdta de salsa inglesa Worcestershire, 1 huevo, 1/2 cda de perejil, 1 rebanada de pan fresco, 1/4 taza de leche, 1 cda de encurtidos en mostaza picaditos, 5 gotas de salsa picante, 1/2 taza de pan seco molido, aceite para freír.
Se muele la carne finamente con un molino para moler carne o con un procesador.
En un caldero se ponen la cucharada de aceite y la de mantequilla a calentar. Se agregan las cebollas y el ajo. Se sofríen hasta marchitar, unos 4 minutos.
Se agregan el tomate, el pimentón, la sal y la pimienta. Se lleva a un hervor y se cocina hasta secar un poco, unos 5 minutos.
Se retira del fuego. Se deja enfriar un poco y en un envase se mezcla bien con la salsa inglesa, el huevo, el perejil, el pan fresco mojado en la leche, el encurtido y la salsa picante. Se hacen bolitas de unos 2 centímetros de diámetro, se pasan por el pan molido y se ponen aparte.
En un caldero pequeño se pone suficiente aceite a calentar donde puedan flotar las bolitas y se van friendo pocas a la vez hasta dorar bien. El aceite no debe estar demasiado caliente, para permitir que se cocinen bien por dentro mientras se doran. Se sacan del aceite con una cuchara perforada o espumadera y se les elimina el exceso de grasa con papel absorbente. Se sirven inmediatamente, preferiblemente clavándoles un palillo.
Nota: Pueden servirse acompañadas de salsa guasacaca en un envase para que cada persona pueda introducir la bolita en la salsa.




Tostones de plátano verde con crema de queso
8 personas: 225 gramos de queso crema
• 1/4 de taza de jugo de cebolla colado obtenido de una cebolla pequeña
• 1 1/2 cucharadita de mostaza preparada
• 1 1/2 cucharadita de salsa inglesa Worcestershire
• 1/2 cucharadita de sal
• 1/8 de cucharadita de pimienta blanca, recién molida
• 2 plátanos grandes, verdes
• 2 tazas de aceite para freír
• Sal
En el recipiente de una batidora eléctrica se ponen los ingredientes para hacer la crema: el queso crema, el jugo de cebolla, la mostaza, la salsa inglesa, la sal y la pimienta. Se bate a alta velocidad por 5 minutos, raspando de vez en cuando las paredes con una espátula para mezclar bien. Se pone aparte.
Se pelan los plátanos y se cortan trasversalmente en ruedas muy delgadas, de 1 milímetro de espesor.
En un caldero se pone el aceite a calentar. Cuando esté bien caliente se agregan por partes las ruedas de plátano y se fríen hasta dorar, unos 5 minutos. Se sacan los tostones del aceite con una cuchara perforada y se ponen sobre papel absorbente para quitarles el exceso de grasa. Al estar todos fritos, se rocían con sal.
Se pone la crema, helada si se quiere, en un envase y se sirven los tostones alrededor como pasapalos.


Bolitas de queso
(6 a 8 porciones: 1/4 de kilo de queso blanco, duro tipo llanero, rallado, unas 3 tazas
• 1/4 de kilo de queso amarillo, tipo Gouda, rallado, unas 2 tazas
• 3 huevos
• 1 taza de aceite para freir
En un envase se ponen los quesos rallados finamente. Se mezclan bien con 2 tenedores. Se agregan los huevos y se mezclan con las puntas de los dedos, sin amasar.
Con las palmas de las manos se hacen bolitas de 2 a 3 centímetros de diámetro. Se ponen aparte.
En un caldero pequeño se pone el aceite a calentar a fuego mediano. En el aceite no muy caliente se van agregando una a una la bolitas y se fríen hasta dorar. Se sacan del aceite con una cuchara perforada o espumadera y se les elimina el exceso de grasa con papel absorbente. Se sirven inmediatamente.

Los platos más representativos de nuestra culinaria son por excelencia El Pabellón Criollo, La Arepa, La Hallaca, La Cachapa, Las Empanadas de Harina de Maíz, El Asado Negro, El Cazabe, El Hervido de Gallina, de Carne o de Pescado, entre los más reconocidos, se identifica en la cocina venezolana un despliegue de variados postres entre los que encontramos los de origen aborigen como El Majarete, El tequiche y Los dulces a base de papelón. Los dulces caseros de la época de la colonia en donde destaca La Torta bejarana, La Torta de Jojoto, de Pan, de Plátano, así como flanes y quesillos de piña, guayaba, naranja y coco.

Panela con Limón
1 panela de papelón
1 litro de leche
2 limones
Se rompe el papelón a martillazos. Se pone a remojar toda una noche en 1 litro de leche. Al dia siguiente, que ya se ha disuelto, se le agrega el jugo de limón. se sirve frío.



MANDOQUITAS
Las mandocas que hacen en Maracaibo son muy distintas a las larenses, tanto en los ingredientes como en la forma de comerselas, pues usualmente las acompaqa el queso blanco rayado y no el cafe. Ademas, las maracuchas son las verdaderas, si no preguntenle a mi madre (maracucha tambien, por cierto).

Con las cantidades que doy a continuacion salen muchas mandocas. Les recomiendo que si no son muchos los comensales y/o estos no comen mucho, hagan la mitad de la receta.
Ingredientes:
1 Kg. de harina de maiz amarillo (tambien sirve la blanca, pero no quedan tan sabrosas).
2/3 de panela de papelon.
1 Kg. de queso blanco (duro o semiduro) rallado.
1 platano pinton (ni verde ni maduro, sino todo lo contrario)
7 tasas de agua.
Aceite abundante para freir.
Preparacion:
Se disuelve el papelon en 6 tasas de agua y se deja enfriar. Mientras, e sancocha el platano en agua hasta quedar blando y se hace pure con el. Al agua de papelon se le aqade la harina de maiz y se mezclan hasta lograr una preparacion homogenea. Luego, a la masa se le aqade el platano machacado y la mitad del queso y se sigue amasando hasta que se hayan unido bien todos los ingredientes.
Para hacer las mandocas, se hacen bolitas de masa (mas grandes que un limon pero mas pequeqas que una naranja) y que luego se les da forma de rolitos. Estos rolitos se unen por los extremos y ya tienen las mandocas con su forma caracteristica (forma de gota con un hueco en medio). La septima tasa de agua es para ir ablandando la masa agregandole agua poco a poco si es que quedo muy dura, ya que debe quedar firme para que no se enchumben al freirlas pero si queda muy dura la masa entonces se parten o se agrietan los rolitos cuando se unen los extremos.
Se frien en abundante aceite bien bien caliente, primero de un lado y luego el otro hasta que esten bien doraditas. Ya estan listas, lo que resta es comerselas. Pero ojo, se comen con la otra mitad del queso rallado, partiendo las mandocas con las manos y presionando los pedazos en el queso para que se les pegue. 


 
LA HALLACA
Uno de los platos mas reconocidos y elaborados que se presenta en la gastronomía venezolana es sin lugar a dudas la hallaca. Esta obra maestra de nuestra culinaria es el más tradicional de los platos que engalanan las festividades navideñas en nuestra Venezuela.
La hallaca es el resultado del proceso histórico que ha vivido nuestra sociedad.

Desde su cubierta de hojas de plátano hasta los detalles que adornan y componen su guiso, pasando por su ingrediente primordial, la masa de maíz coloreada con onoto, la hallaca es la expresión más visible del mestizaje del venezolano. Cada ingrediente tiene sus raíces: la hoja de plátano, usada tanto por el negro africano como por el indio americano, es el maravilloso envoltorio que la cobija; al descubrirla, traemos al presente nuestro pasado indígena, pues la masa de maíz coloreada con onoto es la que nos recibe con su esplendoroso color amarillo; luego, en su interior se deja apreciar la llegada de los españoles a estas tierras, carnes de gallina, cerdo y res, aceitunas, alcaparras, pasas... todo picado finamente, guisados y maravillosamente distribuidos se hacen parte de un manjar exquisito. Sus ingredientes, todos partes de diferentes raíces se complementan armoniosamente en la hallaca, expresión del mestizaje y colorido del que es parte nuestro pueblo.
La palabra "Hallaca" proviene del guaraní y deriva de la palabra "ayúa" ó "ayuar" que significa mezclar o revolver, de estas palabras se presume que "ayuaca" sea una cosa mezclada, que por deformación lingüística paso a llamarse "ayaca". Otra versión presume que la palabra procede de alguna lengua aborigen del occidente del país, cuyo significado es "envoltorio" ó "bojote".
Sea cual sea el origen de esta palabra, sabemos que "la hallaca" es completamente venezolana, tanto por su nombre como por su confección y es orgullo de nuestra cocina, pues ella sin distinciones sociales se presenta espléndida en la mesa navideña de todos los venezolanos, aportando un toque de maravilloso gusto y sabor a nuestra navidad.
En el mes de diciembre cuando las fiestas navideñas desbordan la alegría del venezolano, la hallaca es parte importante de la celebración, se intercambian, se regalan, se venden...en fin, en las fiestas de navidad para el venezolano no puede faltar la tan reconocida hallaca.
Para su preparación existen diversas recetas, pues en cada región del país hay recetas tradicionales, además como en la mayoría de los platos venezolanos cada familia le aporta su sazón y varía su confección.
La receta de esta entrega es la de la hallaca caraqueña, que año tras año se utiliza para darle sabor a nuestra navidad, en la región capital.
La receta para preparar hallacas se divide en tres partes:
La preparación del guiso.
La preparación de la masa y acondicionamiento de las hojas.
La confección y cocción del manjar.
Para 50 hallacas
GUISO
1 Kg. de pernil de cochino troceado finamente
2 Kg. de carne de res troceado finamente
2 Kg. de gallina hervida y troceada (sin huesos)
½ Kg. de tocino cocido y troceado finamente
1 ½ Kg. de cebollas cortada finamente en dados
½ Kg. de ajo porro cortado finamente
¼ Kg. de cebollín cortado finamente
¾ de taza de ajo pelado y triturado
½ taza de alcaparras pequeñas
1 Kg. de pimentón rojo sin semillas y en juliana
2 Kg. de tomate sin semilla triturado
1 taza de pasas
¼ de taza de ají dulce picado finamente
2 tazas de vino marsala
1 taza de vinagre de vino
½ Kg. de papelón molido
2/3 de taza de harina de maíz
Sal
Pimienta
Aceite con onoto
ADORNO
1 Kg. de pimentón en julianas
½ Kg. de tocino cocido en tiritas de ½ cm. x 5 cm.
½ Kg. de cochino en tiritas de ½ cm. x 5 cm.
½ Kg. de pechugas sin hueso en tiras
½ Kg. de cebolla en aros
200 grs. de alcaparras
400 grs. de aceitunas rellenas
½ Kg. de pasas
Opcional: encurtidos en vinagre, almendras sin concha
HOJAS
50 pedazos de hojas de plátano de unos 30x30 cm.
50 pedazos de hojas de plátano de unos 20x20 cm.
50 tiras de hojas de plátano de unos 15x20 cm.
1 rollo de pabilo
MASA
2 ½ paquetes de harina de maíz
5 tazas de manteca de cochino
3 tazas de caldo de gallina
2 tazas de agua
Sal
Semillas de onoto
Comience el primer día haciendo el guiso, deje reposar y reserve, al día siguiente prepare la masa y los adornos para armar las hallacas.
Guiso
Verifique que las carnes no tengan excesos de grasa, y estén cortadas en dados pequeños, cocine cada carne por separado en agua hirviendo, sin ablandar completamente, reserve los caldos.

En un caldero grande saltee la cebolla y el ajo en aceite bien caliente, hasta transparentar, agregue el ajoporro y el cebollín y deje cocinar por unos 5 minutos, agregue el pimentón y ají dulce, deje cocinar unos minutos más y agregue las carnes, déjelas que se incorporen y agregue todos los demás ingrediente dejando de último los tomates y el vino.
Sal y pimenta al gusto. Aparte disuelva el papelón en agua y la harina de maíz. Debe verificar que no se seque el guiso y agregar caldo de gallina o res. Agregue el papelón y la harina de maíz disueltas, y revuelva con una paleta de madera, apórtele un poco de color con aceite con onoto. Deje cocinar por unos 40 minutos, hasta quedar con consistencia espesa. Deje reposar y resérvelo.
El día siguiente se puede preparar la masa, las hojas y los adornos para armar las hallacas, La masa se prepara vertiendo la harina de maíz en una batea de madera o un envase bastante grande para poder amasarla, y agregándole manteca de cochino, una parte (1 taza) hervida con onoto, la manteca se cuela para descartar el onoto, y otra sin colorear (3 tazas), se agrega la sal y se une todo bien, se le agrega poco a poco 3 tazas de caldo de gallina y se amasa de nuevo hasta obtener una masa suave.
Cuando tenga varias hallacas listas introdúzcalas en una olla grande con agua hirviendo por espacio de una hora, retírelas y escúrralas, deje que se enfríen completamente, y si es posible espere un día entero para servirlas así se puede apreciar mejor su sabor. Para calentarlas introdúzcalas en agua hirviendo por 20 minutos, retire y escúrralas.
Disponga todos los adornos en un mesón amplio, las hojas se les retira la vena gruesa que trae a la orilla y se lavan muy bien, se secan con un paño y se disponen en el mesón, coloque la masa y el guiso de forma que estén al alcance de sus manos y entréguese al arte de hacer hallacas, no se precipite, tome su tiempo, la práctica le convertirá en maestro.
Ahora bien, primero va a tomar una hoja de las más grande y la engrasa con un poquito de manteca onotada, coloque en el centro de la hoja una bola de masa y adelgácela con los dedos, creando una circunferencia simétrica, luego agregue el guiso ya frío y sobre éste coloque los adornos distribuidos armoniosamente. Luego doble por la parte ancha de la hoja, creando un pliegue hasta que quede cerrado, doble los extremos hacia dentro y envuélvala con la hoja más pequeña, luego tome la tira de hoja y asegure la hallaca por el medio, amárrela con pabilo cruzándola dos veces en cada dirección.



Bienmesabe
(6 a 8 porciones)
Ingredientes para el bizcochuelo:
6 claras de huevo
5 yemas de huevo
6 cdas. de azúcar
6 cdas. de harina de trigo
1 cda. de polvo de hornear
1/2 corteza de limón verde rallada
1 cda. de mantequilla para el molde
Ingredientes de la crema:
3 cocos
3 tazas de agua caliente
1/2 kilo de azúcar
1 taza de agua
12 yemas de huevo
1 biscochuelo de 200 grs.
4 cdas. de coñac o vino moscatel
canela en polvo.
Ingredientes para el merengue (opcional):
3 claras de huevo
6 cdas. de azúcar
Canela molida al gusto
4 cdas. de coñac o vino moscatel
1/4 de corteza de limón verde rallada
1 cdita. de vainilla
Preparación del Bizcochuelo:
Se precalienta el horno a 180º C (350º F).
Con una batidora, se llevan las claras de huevo a punto de nieve. Vierta las yemas y el azúcar en un recipiete aparte y bata a mano hasta que estén cremosas. Sin dejar de batir, se vierta esta crema sobre las claras batidas, poco a poco. Luego se añada la harina, el polvo de hornear y la ralladura de limón y mezcle bien hasta que quede una crema homogénea.
Enmantequille un molde para tortas y vierta allí la mezcla.
Hornee durante 20 minutos o hasta que se dore. Retire luego del horno ydeje reposar.
Finalmente, corte el bizcochuelo en capas.
Preparación de la Crema:
Licue la pulpa de los cocos en las 3 tazas de agua caliente, colar en un lienzo fino, presionando para extraer el contenido del líquido. Pasar todo otra vez por el colador para asegurarse que no queden restos de pulpa.
Mezcle la leche de coco con las yemas de huevo y resérvelas. Haga un almíbar con el azúcar y la taza de agua a fuego fuerte, cuando esté a punto se apaga el fuego y se retira del calor, añada la leche de coco con las yemas de huevo y bata hasta hacer una crema.
Llévela de nuevo a fuego lento, hasta que comience a hervir. Retire y deje reposar.
Preparación del Merengue (opcional):
Bata las claras de huevo a punto de nieve (hasta formar picos). Agréguele el azúcar poco a poco, y luego la vainilla y la ralladura de limón (muy lentamente para evitar que el merengue se baje). Deje de batir cuando espese.
Corte el bizcochuelo en trozos de 4 a 6 cm. Coloque en una dulcera profunda una capa de crema y encima una de bizcochuelo bañado con el licor elegido. Repita la operación y termine con una capa de crema rociada con canela. Guarde en la nevera y sirva frío.
Si desea puede decorar sobre esta última capa con el merengue (se puede utilizar una manga, para mejores resultados). Se espolvorea con canela y se refrigera antes de servir. 

 
BUEÑUELOS DE YUCA
Uno de los postres característico y reconocido en nuestro país son los buñuelos de yuca, estas suaves y crujientes bolitas de yuca bañadas con jarabe de papelón, han sido reconocidas desde tiempos lejanos, ya sean presentados como el cierre majestuoso a una comida venezolana, o como la merienda maravillosa que ofrece con amor una abuela. Los buñuelos son sencillos en su preparación y de sabor incomparable, prepárelos y sírvalos calientitos, disfrutará de una sencilla delicia con sabor a Venezuela.
1 Kg. de Yuca Sancochada
50 gr. de azúcar
1/2 cdta de sal
Aceite
Para el Jarabe de Papelón:
1/2 Panela de Papelón Blanco
Retire la vena de la yuca y triture hasta obtener una masa suave, agregue la sal y azúcar y amase bien, forme bolitas uniformes y en abundante aceite bien caliente fríalos hasta dorar, colóquelos en una bandeja, espolvoréelos con azúcar y báñelos con jarabe de papelón. El jarabe de papelón se obtiene derritiendo la panela en un poquito de agua a fuego medio hasta hacer un jarabe ligero. Puede aromatizarse el jarabe de papelón con clavos de olor, canela, guayabita o con hojas de naranjo que le darán un sabor especial.


PIE DE LIMON
Ingredientes masa:
2 tazas de harina cernida
200 grs. de mantequilla derretida
1 cucharadita de polvos de hornear
1 pizca de sal (opcional)
1 taza de agua
Ingredientes del relleno:
3 claras de huevo
1 taza de azucar
1 pote de leche condensada
1 taza de jugo de limón
1/4 taza de agua
Mezcle la harina con la mantequilla, los polvos de hornear y la sal (opcional) de manera que quede una masa uniforme, agregue agua en caso de que quede muy seca.
Enmantequille un molde redondo, coloque la masa y pinchela con un tenedor.
Hornee en un horno precalentado a 280° F hasta que esté bien cocido.
Mientras la masa esté en el horno mezcle la leche condensada con el limón.
Bata las claras a nieve.
Prepare un almíbar de pelo con el azúcar y el 1/4 de taza de agua y agregue parcialmente a la nieve batiendo hasta que quede un merengue más o menos sólido.

Finalmente, cuando la masa esté cocida retireladel horno y cúbrala con la leche y luego decore cubriéndola con el merengue.
Dore el merengue con el grill y luego deje enfríar


QUESILLO CASERO
(Receta para 2 personas)
5 huevos
1 lata de leche condensada
leche
vainilla al gusto
un poquito de licor
Opcional:
1/2 vaso de jugo de su fruta preferida
Ingredientes para el caramelo:
1 taza de azúcar
1/2 taza de agua
Preparación del caramelo:
En el recipiente en que colocará el quesillo en baño de maría, coloque 1 taza de azúcar y 1/2 taza de agua. Llévelo al fuego hasta que comience a espesar y se ponga color caramelo. No deje que se ponga muy oscuro porque sino se le quema.
Baje la llama y dé vueltas al envase, de manera que el caramelo se extienda por todo el fondo y las paredes del recipiente.
Preparación del quesillo:
En la licuadora mezcle la leche condensada, los 5 huevos, el 1/2 vaso de jugo si lo desea, la vainilla y el licor al gusto. Tome como medida la lata de leche condensada, llénela de leche y añádala a la mezcla anterior.
Vierta la mezcla anterior en la lata en la que preparó el caramelo y coloque en baño de maria por 30 minutos.
El secreto del quesillo es dejarlo enfriar antes de voltearlo.
Nota: Se puede variar el sabor cambiando el jugo de frutas.




GELATINA DE CUADROS venezuela
1 caja chica de gelatina de limón (verde)
1 caja chica de gelatina de uva
1 lata chica de leche condensada
1 taza de hielo picado
Prepare la gelatina de uva de acuerdo con las instrucciones de la caja. Déjela cuajar en el refrigerador.
Ponga en la licuadora el hielo picado.
Disuelva la gelatina de limón en 1/2 taza de agua muy caliente. Agregue la leche condensada. Licúe todo con el hielo picado y vacíe inmediatamente en un molde. Póngale adentro cuadros de gelatina de uva ya cuajada.
Refrigere hasta que cuaje. Desmolde y sirva.




NATILLA
4 yemas de huevo
2 cucharadas soperas de harina
3/4 taza de azúcar
1 cucharada sopera de esencia de vainilla
6 tazas de leche
1 cucharada sopera de pasas
Mezcle las yemas con el azúcar, la harina y la leche. Agregue la esencia de vainilla y ponga la mezcla al fuego sin dejar de mover hasta que se vea el fondo del recipiente. Retire del fuego.
Adorne con pasas y sirva.



Arepas Asadas
Para obtener unas arepas doradas y abombaditas, pocos son los ingredientes que se utilizan, es el amasado y la cocción lo que requiere un poquitín de atención, (en la actualidad se encuentra harina de maíz precocida en todos los supermercados, ya que es parte de la dieta básica del venezolano, y es la que utilizamos en la preparación de las arepas a diario).
INGREDIENTES
(Para 4 ó 6 arepas)
2 tazas de Harina de Maíz Blanco precocida
1 cucharadita de Sal
Agua
Aceite
Vierta aproximadamente una taza y media de agua en un bol, agregue la sal y un chorrito de aceite, agregue progresivamente la harina diluyéndola en el agua, evitando que se formen grumos, amase con las manos agregando poco a poco harina y agua hasta obtener una masa suave que no se pegue a las manos. Forme bolas medianas y aplánelas creando un redondel un poco grueso y simétrico. Caliente una plancha y engrásela con un poquito de aceite, coloque las arepas y cocine por ambos lados, (hasta que se despegan solas de la plancha), luego lleve al horno previamente caliente a 350º y déjelas hasta que al retirarlas las golpee levemente y suenen a “hueco”,y se tornen abombadas y doraditas. Se sirven al momento, acompañadas o rellenas con quesos, mantequilla, guisos, carnes, caraotas, huevos revueltos, etc. Al desayuno ó a la cena, será un magnífico encuentro con las costumbres de la cocina venezolana.
Ma Visentini
Bienmesabe de naranjas:
1/2 kg azucar
5 un huevos
1 l de jugo de naranjas
2500 g mantequilla
1- Hacer un jarabe espeso con el jugo y el azucar. Reposar hasta que enfrie.
2- Batir la mantequillacon las yemas y anadir el jarabe, mezclar bien.
3- Se monta la mezcla en el fuegohasta que empiece a hervir.
4- Se cuentan tres minutos sin dejar de remover la mezcla para que no se pegue.
Se puede sustituir las naranjas por pina o guanabana, es opcional.

Bienmesabe de guayaba:
2 Tzas Claras en punto de nieve
Al gusto Jalea o mermelada de guayaba
1- incorporar ambas.
Bienmesabe de coco:
Este Norberto es el mas tradicional de todos.
1/2 Tza agua
2 Un cocos Rallados
1/2 Kg azucar
6 Un huevos
1 Cda mantequilla
1 Cdita Escencia de vainilla
1 Cduta Polvo para hornear
1- Vertir los cocos rallados en una olla con el agua y el azucar, hacer almibar. Dejar espesar y enfriar.
2- En un batidor, agregar la mezcla e ir incorporando los huevos uno a uno.
3- Incorporar la vainilla y el polvo de hornear.
4- Colocar la mezcla en un molde engrasado, dejandole un espesor de 4 o 5 cm de alto.
5- llevarlo al horno a fuego bajo por media hora hasta que dore.
Chef Antonio Castillo 

Asado Negro
Receta tradicional criolla. Comida popular venezolana, el asado negro es un plato habitual de las familias de la capital caraqueña. Su cocción lenta nos anuncia una carne jugosa y tierna bañada de una salsa oscura con aroma penetrante
Ingredientes
1 ½ kg de muchacho redondo (en Argentina se llama peceto y otros países redondo)
    Jugo de limón
    Salsa inglesa
    1 Cebolla
    3 ajo
    1 pimiento
    1 Kg de tomates maduros
    Sal, pimenton, pimienta negra y guayabita (en Venezuela se llama pimentón también a los ajies morrones)
    Zanahorias
    Puré de tomates
    Clavo de olor, orégano, laurel y salvia 1 taza de papelón (puede ser sustituido por azúcar)
    Vino tinto y cerveza.
Elaboración:
Paso 1: Se restriega el muchacho con jugo de limón, ajos machacados y aceite. Se salpimienta. Se cubre con el vino y la cerveza y dejar macerar con todos los ingredientes durante toda la noche.
Paso 2: Al día siguiente se calienta el aceite en un caldero y agregue el papelón, en caso de no contar con el mismo puede utilizar azúcar negro. Dorar la carne por ambos lados con el aceite bien caliente hasta que quede negra. Cortar la cebolla en julianas, pasar los tomates por agua hirviendo, pelarlos, sacarles la piel y cortarlos en cuadraditos.
Paso 3: Agregar la cebolla al caldero, dejar trasparentar y agregar los tomates, el puré de tomates y agua. Se corrige la sal y la pimienta y se deja cocer tapado 2 horas, vigilando que no se seque la salsa. De ser necesario se agregará agua.
Paso 4: Cuando este listo hay que dejar reposar antes de cortar la carne en rodajas no muy finas. Se retira la salsa y se licua. Se sirve bañado en salsa con el acompañamiento elegido.


Se acompaña con plátano frito y arroz blanco.
 
Bueno, este fue un breve paseo por la gastronomía venezolana, si quieres disfrutar de algunos de sus platos visita Venezuela....

Norberto E. Petryk, chef, escritor e investigador