Es
una opción no muy complicada para recibir y agasajar. Pueden
rellenarse como opté yo (ya que los más pequeños de la casa así
lo prefieren) con jamón y queso o bien pueden rellenarse con queso y
espinacas precocidas.
El
calculo es fácil ya que se trata de media pechuga por persona
(tengan en cuenta que el pollo tiene una pechuga dividida en dos por
el esternón (cartílago). Generalmente la media pechuga viene
acompañada de una especie de lomito o pequeña pechuga que se
desprende fácilmente, es conveniente para una buena presentación
quitarlo y destinarlo para otra comida.
Hay
que elegir siempre pechugas grandes de unos 250 gramos cada una. La
media pechuga tiene una forma triangular en la cual debemos hacer un
corte (siempre con cuidado) partiendo de la parte más gorda
introduciendo un cuchillo con buen filo en el centro y siguiendo
hasta el fondo tratando de no perforar el final, luego ampliamos la
bolsita cortando hacia un lado y otro también tratando de no romper
la pechuga (solo haciendo una especie de bolsillo). Sazonamos con sal
y pimienta negra, y rellenamos. Si es con jamón y queso preparamos
previamente unos rollitos con dos fetas de queso Tybo que envolvemos
en dos fetas de jamón cocido (dulce). Introducimos los rollitos en
el bolsillo de la pechuga y fijamos la entrada cerrando con ayuda de
un palillo de madera. Si se trata de un relleno de espinacas,
previamente blanqueamos la espinaca, la picamos, mezclamos con queso
rallado y como opcional una salsa blanca espesa, podemos introducir
esto solo con ayuda de una manga pastelera o bien haciendo un rollo
envuelto en queso Tybo. Otro relleno puede ser con champiñones
salteados y cebolla de verdeo.
Luego
de rellena cada pechuga se debe sellar en un sartén (paila) con un
poco de aceite de oliva y manteca -mantequilla- por ambos lados hasta
obtener un color dorado en todas sus caras. La cocción se termina en
horno aproximadamente 30 minutos (dando vuelta de vez en cuando).
Una
vez cocidas se sirve de inmediato o se mantienen al calor hasta
servir.
Para
acompañar yo opte por arroz blanco con manteca ya que preferí
servir con una salsa de cebollitas de verdeo y champiñones de París
(los blancos). Pero también puede acompañarse con un puré de papas
o puré de calabaza o ambos juntos o bien con verduras torneadas:
papines al romero, batatitas al tomilla, cebollitas y zanahorias
glaseadas.
Como
bien dije yo opté por una salsa crema de cebollitas de verdeo y
champiñones, para lo cual cociné un poco las cebollitas de verdeo
en un sartén -paila- con un poco de oliva y mantequilla, luego
agregué los hongos partidos al medio, agregué pimienta y sal y tapé
hasta que los hongos quedaron color marroncito claro. Coloqué un
poco de almidón de maíz, revolví y agregué leche -puede también
agregarse un vino blanco o caldo- luego cuando espesó un poco
terminé con crema de leche -nata- y corregí la sal y pimienta.
Otra
opción y dependiendo del relleno que elegimos puede ser una salsa
crema de verduras -espinacas- o bien una crema de queso azul
-roquefort-.
La
decoración que utilicé fue una flor realizada con la parte final de
la cebolla de verdeo, también puede decorarse con hojas de perejil,
ramitas de tomillo u oregano fresco -siempre lo que utilicemos como
decoración debe poder comerse-.
Para
acompañar un buen vino, según el relleno y salsa puede utilizarse
un tinto fresco, un tinto con cuerpo, un blanco frutado o un blanco
seco.
Espero
que lo puedas disfrutar con tus invitados.
Norberto
E. Petryk chef
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